Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Deportes | Inauguraron la muestra de figuras hechas en el centro de la ciudad

Catrinas de postal

Inauguraron la muestra de figuras hechas en el centro de la ciudad

Por: EL INFORMADOR

Pequeños charros y catrinas de la escuela 19 de abril tomaron el micrófono para cantarle a la muerte, con mucha enjundia.  /

Pequeños charros y catrinas de la escuela 19 de abril tomaron el micrófono para cantarle a la muerte, con mucha enjundia. /

GUADALAJARA, JALISCO (19/OCT/2011).- Con algunos días de anticipación a su efeméride nacional, las catrinas de papel maché  han vuelto a las calles de Guadalajara –ahora en su versión Panamericana—, en una exposición urbana que combina arte, creatividad, tradición, educación y deporte, y que permanecerá en exhibición hasta el próximo 18 de noviembre.

Las calacas gimnastas, ciclistas, charras, futbolistas, boxeadoras, nadadoras, veleristas, porristas y tequileras que fueron realizadas por estudiantes de Jalisco desde nivel primaria hasta universidad, se encuentran distribuidas entre la Plaza de la Liberación, la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, la Plaza de Armas y la Plaza Guadalajara, siendo fieles testigos del aumentado flujo de transeúntes que se ha observado en estos días en el centro de la ciudad.  

LA CAMINATA
Dios tiene genes negros I

Por Vanessa Robles

Dios tiene genes negros. Eso lo saben los jugadores afroamericanos de la selección cubana de voleibol. Saben que el Creador ensayaba la perfección cuando a sus padres les entraron ganas de concebirlos. Ahora esos embriones están hechos hombres y están aquí, en la entrada principal del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso), paseando sus cuerpos magníficos por la universidad, guiados por una mirada de que no deja dudas: Dios está aquí.

Una de la tarde de otoño más primaveral de Guadalajara. En estas circunstancias, los muchachos, que vienen por docena (once negros, uno blanco), encaminan sus armazones de hierro hechas extremidades al domo deportivo.

Provocan arrebatos. Dos mujeres, ni viejas ni jóvenes, de facha conservadora, se echan una carrera de 25 metros planos para alcanzarlos. “¿Podemos tomarnos una foto contigo? ¿Nos tomas una foto?”. Apenas lo piden, ya están puestas, una a cada lado del atleta. Una asida de cada brazo de concreto. Ambas con una sonrisa de sandía. Él, con expresión de “¿ya me ven? pues soy así”. Encuadre al centro, con un poco de contraluz. Clic. Despedida seca. No hay intercambio de nombres, sonrisas de agradecimiento, ganas de platicar.

Las mujeres han conocido al Creador. Literal. Son monjas. Cristina Briñol y Edith Gavilán, misioneras de la orden del Verbum Dei, “cuya misión es el anuncio de la Palabra de Dios y la propagación del Reino de Dios a través de la oración, del ministerio de la Palabra y del testimonio de vida evangélica”, según la página de la fraternidad católica.

Entradas en su misión, Cristina y Edith acudieron al Iteso, para afinar detalles del encuentro mundial de su orden, algo parecido como una gran olimpiada religiosa, dicen, en enero de 2010, alrededor del día de San Pablo, que es su patrono. Sin buscarlo, Dios lo quiso así, se toparon con los atletas.

Dicen ellas que no se fijaron en la belleza del muchacho, aunque sí notaron que tiene una estatura fuera del común (es decir del común mexicano). “Me parece que es un regalo enorme que hayan venido personas de otros países. Es una oportunidad de crear nuevos valores”, dice Cristina, con un acento ibérico inconfundible. “Como misioneras, nos alegra tener contacto con la gente”, completa Edith, oriunda de Morelia.

Ambas han seguido los Juegos Panamericanos desde la televisión, en una casa que se antoja callada, en orden perfecto y llena de macetas. No pudieron ir a una competencia porque no tienen tiempo ni dinero. Pero para ellas, el encuentro instantáneo con un seleccionado cubano de voleibol es más que suficiente.

Apasibles y sonrientes las hermanas regresan a su camino. Hace rato el voleibolista cubano tomó el sentido contrario, con unas piernas de invitación y una mirada de inmerecido. Las mujeres alrededor saben que cuando hizo a este muchacho, Dios ensayaba la perfección.

Dos mujeres, ni viejas ni jóvenes, de facha conservadora, se echan una carrera de 25 metros planos para alcanzarlos. “¿Podemos tomarnos una foto contigo? ¿Nos tomas una foto?”. Apenas lo piden, ya están puestas, una a cada lado del atleta.

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