Carl Lewis, un legado difícil de igualar

GUADALAJARA, JALISCO (15/MAR/2016).- Hablar de Juegos Olímpicos es hablar de Carl Lewis, uno de los mejores atletas de todos los tiempos. Si hay un deportista cuyo nombre puede ir ligado a perpetuidad con la mayor cita deportiva del mundo, ése es él.

Apodado “El hijo del viento” por su velocidad en la prueba estelar del atletismo, los 100 metros planos, y por su imponente salto en longitud, Lewis dominó en sus disciplinas durante los años 80 y se mantuvo en la élite en los 90 hasta que se retiró tras los Juegos de Atlanta 1996.

Lewis mostró aptitudes desde que era adolescente. Era la nueva esperanza del atletismo estadounidense. El boicot de su país a Moscú 1980 retrasó su debut en unos Juegos Olímpicos hasta Los Ángeles, cuatro años después. Nada le pudo venir mejor porque a sus 23 años no sólo había progresado de manera cualitativa, sino que contaba con la suficiente experiencia para ganar en todas las disciplinas en las que competiría.

Y no defraudó. Lewis ganó el oro en las cuatro: 100 y 200 metros planos, relevo 4x100 y salto de longitud. Fue el rey de aquella justa. Durante las Olimpiadas (periodo de tiempo entre unos Juegos y otros) siguió aumentando sus premios y su leyenda en Campeonatos del Mundo y diversas reuniones atléticas hasta que llegó Seúl, en 1988.

Lewis repitió en salto de longitud, siendo el primero en la historia en revalidar el título, y logró la plata en los 200 metros planos, su único metal olímpico que no fue de oro. Un metal que también recogió en los 100 metros, pero que luego sustituyó por el de oro después de que se descubriera que el hombre que le destronó, Ben Johnson, dio positivo en el control antidopaje.

En Barcelona 1992 llegó con 31 años, una edad avanzada para la velocidad. No pudo competir en los 100 metros al no clasificarse en la pruebas de selección de su país, y menos aún en 200 metros. Fue seleccionado para el relevo 4x100, donde volvió a ganar el oro. Y también triunfó en salto de longitud.

Tras Barcelona, empezó el ocaso de la leyenda, quien todavía pudo demostrar al mundo que era un atleta especial. Con 35 años y contra todo pronóstico, ganó por cuarta vez consecutiva el oro en longitud. Sólo el lanzador de disco Al Oerter y el regatista Paul Elvstrom lo habían logrado en sus respectivas disciplinas, lo que habla de la grandeza de la hazaña. “El Hijo del Viento” inició y cerró el círculo en su país.

Recibió por todo ellos muchas distinciones personales, entre ellas el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Ahora vive en Los Ángeles, la ciudad que le encumbró a la categoría de mito.

DATOS

• Se convirtió en el primer hombre en bajar de los 9.90 segundos en los 100 metros con una marca de 9.86 y batió el récord del mundo de longitud de Bob Beamon vigente desde 1968 en los Mundiales de Tokio 1991 (si bien fue superado justo después por Mike Powell).

• Mejor atleta del siglo XX para la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés).

• Atleta con más medallas de oro en Juegos Olímpicos, con nueve, empatado con Paavo Nurmi.

• Más victorias consecutivas en pruebas de salto de longitud, con 65.

FICHA TÉCNICA
Frederick Carlton “Carl” Lewis

• Fecha de nacimiento: 01-07-1961 (Birmingham, Estados Unidos).

• Deporte: Atletismo.

• Modalidad: Velocidad y saltos.

• Palmarés: Nueve oros olímpicos (Los Ángeles 1984 en 100 metros, 200 metros, salto de longitud, y 4x100 metros; Seúl 1988 en 100 metros y salto de longitud; Barcelona 1992 en salto de longitud y 4x100, y Atlanta 1996 en salto de longitud); una plata olímpica en los 200 metros (Seúl 1988); ocho oros, una plata y un bronce en Mundiales.