* 'Sin querer'

Ninguno de los dos fue convincente. El Guadalajara, según refieren los testigos de su encerrona del viernes pasado ante el Necaxa, ganó bien porque, a partir de criterios objetivos, hizo un gol más que el adversario: exactamente lo mismo que hizo el América el domingo, cuando recibió al Puebla en el Estadio Azteca.
Ambos resultados sirvieron para ponerle un poco de calor al “Clásico” del próximo domingo en el nuevo estadio del “Rebaño”. Sin esos triunfos en la jornada previa, el entorno climático de ese partido sería tibio. Y aunque de antemano se sabe que una cosa es jugar contra Jaguares o Querétaro --dos de los más recientes rivales que los rojiblancos han enfrentado en su nueva residencia-- y otra cosa muy diferente, hacerlo contra el América, es seguro que los triunfos de “El Muchacho” y “El Villano” tradicionales del futbol mexicano en la jornada anterior (la 12) acrecientan de manera significativa la expectación por su entrevista que será, a priori, el partido por excelencia de la fecha “cabalística” (la 13).

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Lo de menos, para efectos de la taquilla, es que ni rojiblancos ni “Cremas” hayan dado el Do de pecho que sus incondicionales hubieran deseado...
El Guadalajara --dicen los que lo vieron “in situ”-- ganó porque tuvo la fortuna de que una “pedrada” de Fabián terminara en la registradora. (Comentan que el lance estaba a la medida para la frase que Ary Barroso --el compositor de Acuarela de Brasil-- utilizaba ocasionalmente en sus tiempos de narrador radiofónico: “¡Gol de Fulano...! ¡Fue sin querer...!”).

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El América, por el estilo... aunque de otra manera.
Dejar que se complique un partido que desde el primer tiempo se está ganando por 4-0; permitir que el adversario --un cuadro, dicho sea de paso, que dista mucho de ser un trabuco-- acorte los guarismos al mínimo y comprometa el resultado, y ganar, a la postre, por un miserable gol de diferencia, un duelo que parecía tan robado como el de la liebre y la tortuga de la fábula, es llevar a niveles de fanatismo la afirmación de Carlos Reinoso, en el sentido de que ése es el futbol que quieren los simpatizantes del América... y que ésa es su propia filosofía del juego.
(Bastante parecida, por cierto, a nivel de “rollo”, a la “Filosofía Chiva” que preconizaban los dueños actuales del equipo más popular de México).