* ''Sic transit...''

Hay una frase ritual que se recita en los funerales de los papas: “Sic transit gloria mundi” (Así pasa la gloria del mundo). Quizá pudiera aplicarse, aunque sea a martillazos, al ocaso de tres que llegaron a ser luminarias del deporte más popular en el planeta...

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Una de ellas lo fue a nivel mundial: Ronaldinho Gaúcho; otra lo fue a nivel nacional en uno de los países con más jerarquía en esa disciplina: el argentino Ariel Ortega; la otra lo fue a nivel nacional en México: Jared Borgetti.
Ronaldinho, alguna vez ganador del “Botín de Oro” de “L’Equipe” que lo consagraba como el mejor futbolista del mundo, tuvo la suerte de convencer a Silvio Berlusconi, dueño del Milan, hace dos años, de que haría el gran negocio al contratarlo cuando salía del Barcelona con cajas destempladas. El tiempo puso las cosas en su sitio. Reacio a someterse a las exigencias del profesionalismo (“Con el talento que tiene --decía su técnico en el Milan--, con dos días a la semana que entrenara, sería suficiente; pero ni eso es capaz de hacer...”), el habilidoso atacante, uno de los más deslumbrantes magos del balón que hayan pasado por las canchas, vuelve a Brasil; es decir, a sus raíces; es decir --resuelto, presumiblemente, su futuro en el aspecto económico--, al estilo de vida que más le cuadra: la holganza.
Ortega recibió, a principios de la semana, la noticia de que en el River Plate ya no hay cabida para él. Un equipo con gran historia, pero sumido en una profunda crisis de resultados, no puede darse el lujo de tener a un zángano en sus filas. Incapaz de vencer su afición por el alcohol, el “Burrito”, “crack” intermitente, parece haber tocado fondo.

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En cuanto a Borgetti, acaba de anunciar su retiro del futbol. Es decir que escuchó lo que la cancha le reiteraba: que su ciclo como profesional del deporte debió haberse cerrado el 13 de junio de 2002, tras el gol contra Italia en que alcanzó la gloria con las manos. El resto, tanto en Inglaterra como en Arabia y en su peregrinaje, de regreso a México, por los Cruz Azul, Monterrey, Guadalajara, Puebla,  Morelia y León, fue la confirmación de que lo honesto era anunciar su retiro del futbol... acatando las pruebas de que el futbol ya se había retirado de él.