* Principios

La semana que quedó atrás dejó una lección a los mortales que tratan de ver la vida a través del prisma del futbol: que ni siquiera el que se precie de ser el mejor equipo del mundo, es invencible.
Le sucedió al Barcelona. Lo que el cuadro catalán ha hecho en las últimas campañas, justifica que se le reconozca como el mejor equipo de la década: un equipo que no se limita a ganar partidos y a conquistar títulos a cualquier precio; un equipo que privilegia el respeto al balón, al futbol, al público y a los cánones del deporte, sobre el utilitarismo a ultranza; un equipo que mantiene la fidelidad a su estilo --“a su espejo diario”, diría López Velarde-- sobre las marrullerías y los recursos de baja estofa, con tal de alcanzar los resultados. Un equipo, en fin, que, sin anteponer el “cómo” al “qué”, entiende que el “cómo” es, precisamente, la mejor de las vías posibles para llegar al “qué”.

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La derrota del Barsa ante el Arsenal de Inglaterra, puso a trabajar a los expertos en estadísticas...
Sus pesquisas arrojaron, entre otros, estos resultados: los discípulos de Pep Guardiola sólo han perdido un partido en cada una de las competencias en las que participan en esta temporada: cayeron ante el Sevilla, en la Supercopa española, por 3-1; ante el Hércules, en la Liga, por 2-0; ante el Betis, en la Copa del Rey, por 3-1, y ahora, ante el Arsenal, en la Liga de Campeones, por 2-1.
Más datos: el Barcelona sólo ha ganado, como visitante, un partido de la Copa de Europa; Lionel Messi (hoy por hoy, el mejor jugador del mundo) no ha anotado un solo gol en los siete partidos que su equipo ha jugado en Inglaterra.
(Los analistas, además, encontraron una curiosa coincidencia: en ninguno de esos encuentros participó Carles Puyol).
La derrota más reciente, por lo demás, encendió algunas luces amarillas: por primera vez en mucho tiempo, el cuadro catalán hilvanó dos apariciones consecutivas sin victoria. Comenzó con el empate (1-1) en Gijón, donde su triunfo parecía cantado, dentro de la Liga española; siguió con la derrota del miércoles.

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En lo que los expertos tratan de descubrir debilidades en el equipo, Guardiola pinta su raya: “Se vale perder. Lo que no se vale es traicionar nuestros principios”.
¿Cuántos, en este mundo, podrían decir lo mismo...?