* Pena ajena

Aborrecible pecado, ese de la soberbia...

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Si Don Santiago Bernabéu (cuyo nombre, por razones obvias, lleva el estadio del Real Madrid) viviera, es probable que, al enterarse de algunas de las más recientes declaraciones de José Mourinho, ameritara que lo hospitalizaran, con un ataque de pena ajena.
Bernabéu, dirigente legendario del que ha sido uno de los clubes deportivos más importantes del mundo, era la personificación misma de la calidad humana; era un hombre que, en el mundo del futbol, ponía la integridad y la estatura moral de las personas por encima de su rentabilidad o de su talento para el deporte. Don Santiago, por lo tanto, hubiera deplorado, sin duda, el desplante de soberbia del actual técnico del que fue su club, en el mejor de los sentidos, al descalificar al que fue su antecesor en el puesto --el chileno Manuel Pellegrini-- y al club en que éste labora actualmente.

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Previendo, quizá, que no ser campeón en esta temporada --el Barcelona le lleva siete puntos de ventaja, en plena recta final de la Liga--, le generará presiones que posiblemente desencadenen su cese como técnico, Mourinho, insolente, abrió la boca: “Si me echan, yo no voy a entrenar al Málaga; si me echan, voy a un gran club de Inglaterra o a un gran club de Italia. A mí no me puede pasar lo que le pasó a Pellegrini”.

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Para tender su camita, en previsión del posible despido (en clubes como el Real Madrid, ser segundo --sobre todo si se es segundo detrás del Barcelona-- es, desde la perspectiva de sus fanáticos, un fracaso), Mourinho no tuvo inconveniente en descalificar a un técnico --Pellegrini-- que, aun sin haber sido campeón, consiguió con los “Merengues” el récord de puntos en una sola temporada (96), y que, además, por donde ha pasado se ha ganado a pulso el respeto de sus jugadores, por su laboriosidad, su caballerosidad y su congruencia. Ni tuvo inconveniente en llevarse entre las herraduras --valga la metáfora-- a un club modesto (el Málaga), como si debiera ser un desdoro ejercer en él como entrenador.

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Si Bernabéu viviera, es probable que la suerte de Mourinho dentro del Real Madrid, donde Don Santiago sostuvo a rajatabla la filosofía de que era más importante ser un hombre de bien que un genio del futbol, ya estuviera echada...