* Para Ripley

En esas nos viéramos: en que el técnico nacional --“Chepo” de la Torre o Juan de las Pitas, lo mismo da-- tuviera que pasarse las noches en vela para decidirse entre varios atacantes que, por insólito que resulte y por increíble que parezca, reclaman un puesto en cualquiera de las varias selecciones mexicanas que se armarán para los diversos compromisos internacionales en puerta, y que avalan sus demandas con el argumento por excelencia de los atacantes: goles, goles y más goles.

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A últimas fechas, en efecto, una cantidad significativa de delanteros mexicanos han dado la nota... por su contundencia. (Así es, señor: ¡aunque ni Ripley lo crea!).
Dos de ellos alternan, con siete goles en su cosecha, con los extranjeros que normalmente son los mandones en ese departamento, en los primeros lugares entre los artilleros de la competencia doméstica; son los casos de Rafael Márquez Lugo, del Morelia, y Christian Bermúdez, del Atlante.
Uno más, Ángel Reyna, los secunda, con media docena de anotaciones y con evidente protagonismo en el repunte que tuvo el América en las primeras jornadas de la “era” de Carlos Reynoso como timonel.
Tres más se encuentran prácticamente inéditos en el futbol mexicano, porque encontraron las condiciones propicias para hacer sus respectivas carreras en el extranjero: Nery Castillo, mexicano por accidente (nació en San Luis Potosí cuando su padre jugaba en esa plaza); Giovani dos Santos (de ascendencia brasileña), y Carlos Vela. Los tres, en las jornadas más recientes, como si hubieran encontrado la fórmula mágica que les permite seguir los pasos del “Chicharito” Hernández con el Manchester United, también han tenido contribuciones significativas a los triunfos de sus equipos.
Los dos restantes son sendos resucitados: Omar Bravo, que se ha reencontrado con el gol y que parece haber encontrado en el futbol estadounidense la oportunidad de continuar su carrera en las canchas luego de su regreso sin gloria al Guadalajara (tras probar fortuna, sin éxito, en España, y una breve escala, igualmente intrascendente, con los “Tigres”), y el “Kikín” Fonseca, cuya prometedora carrera había venido notoriamente a la baja desde hace casi cinco años: desde el Mundial de Alemania-2006, para ser exactos.

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Candidatos, pues, hay... Ahora falta que el tiempo, como siempre, diga la última palabra, y separe a quienes, en efecto, hayan tenido un significativo crecimiento futbolístico, de las simples --apantalladoras pero efímeras-- llamaradas de petate.