* Messi

Varios jugadores argentinos han ganado el “Balón de Oro” que los acredita como los mejores futbolistas del mundo: desde Alfredo Di Stéfano --leyenda viviente, hasta la fecha, con el Real Madrid--, que lo conquistó dos veces, hace medio siglo, hasta Lionel Messi que lo recibió ayer, por segunda vez en su aún breve pero ya fulgurante carrera, pasando por Omar Sívori. Varios brasileños, ídem: Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho y Kaká.
Sin embargo, paradójicamente, los futbolistas sudamericanos que han sido reconocidos y aun aclamados como los reyes del deporte más popular en todos los tiempos, nunca consiguieron esa presea...

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En efecto: ni Pelé ni Maradona incorporaron el trofeo creado por el diario francés “L’Equipe” a sus vitrinas. El primero nunca jugó en equipos europeos; el segundo sí, con Barcelona y Nápoles en sus años de gloria, y con el Sevilla en el ocaso. Pero se impone subrayar que la distinción que ahora se otorga nuevamente a Messi (no tanto por su desempeño, un tanto gris, con la Selección argentina en el Mundial del año pasado en Sudáfrica, cuanto por haber sido el jugador más sobresaliente del Barcelona que en 2010 se proclamó “campeón de todo”), sólo se ha entregado, independientemente de su nacionalidad, a jugadores que militan en equipos europeos.

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La decisión, ayer, del jurado, al decantarse por Messi como el mejor futbolista de 2010, dejó cierta frustración entre críticos y aficionados españoles. La presea, ciertamente, distinguió la campaña realizada por un jugador del Barcelona, como otras veces lo ha hecho con los méritos de equiperos del Real Madrid y del propio Barcelona.
Uno y otro han sido, de manera sistemática, desde que el futbol dejó de ser sólo un deporte para convertirse en uno de los ejes de la millonaria industria del espectáculo, constelaciones de estrellas de primera magnitud... Sin embargo, al preferir a Messi se postergó a dos jugadores, españoles en toda la línea, que, amén de los triunfos con el Barsa, compartieron un logro al que Messi ni siquiera se aproximó.
Xavi e Iniesta, los otros candidatos que integraron la terna definitiva, en efecto, fueron campeones mundiales y dieron a España ese galardón por primera vez en su historia; es decir que aprobaron, con excelencia (“summa cum laude”, se diría), una asignatura que Messi aún tiene pendiente... a despecho de las aclamaciones de los aficionados y del reconocimiento de la crítica.