Viernes, 29 de Noviembre 2024
Deportes | Por Jaime García Elías

* Dos caras

Por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

Con la victoria ante el campeón Monterrey, Estudiantes Tecos deja un buen sabor de boca. AFP  /

Con la victoria ante el campeón Monterrey, Estudiantes Tecos deja un buen sabor de boca. AFP /

Faltó poco para que fuera, la que culminó ayer, una jornada redonda para los equipos tapatíos. Las victorias de Estudiantes Tecos y Atlas, como locales, y el empate el Guadalajara, como visitante, invitan, si no a echar a vuelo las campanas, sí, al menos, a colocar a este capítulo de la historia el corolario consabido: ¡muchos días de estos...!

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De los ahora discípulos del “Chelís” Sánchez Solá que debutaron con una derrota ante Cruz Azul, a los que pasaron a cuchillo al campeón Monterrey --que venía, según eso, con toda la intención de endosarles la factura de los platos rotos por el San Luis el sábado anterior en la Sultana--, hubo, en lo que a orden y determinación respecta, un giro de 180 grados. Ya el tiempo se encargará de definir cuál de los dos es el verdadero rostro de los universitarios... o si será, como tantas veces sucede en estas danzas, un equipo de dos caras, capaz de alternar, sin transición, las de cal con las de arena.

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El Atlas “asegundó”, como corresponde, según el adagio, a los buenos labradores...
La diferencia principal entre su goleada inicial sobre un Morelia de caricatura y la del sábado sobre Querétaro, estriba en que los “Gallos” sí dieron pelea. En la primera media hora, sobre todo, el marco rojinegro se salvó de dos o tres goles de Bueno, que parecían cantados. El tiro libre de Pacheco, al más puro estilo del “Maestro” Galindo, y el cabezazo de Moreno que terminaron en las redes, demostraron que el Atlas anda bien..., pero, sobre todo, de buenas.
Debutó en ese partido el brasileño Lucio Flavio dos Santos. Dinámico, voluntarioso, estuvo media hora en la cancha, ya en la parte final del juego. No alcanzó a dar muestras de su supuesta creatividad, ni a pesar en el partido.

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Las “Chivas”, en cambio, nuevamente quedaron a deber. Ayer, en Morelia, fueron, como equipo, tan pálidas e incoloras como el uniforme que vistieron.
El cuadro rayado “catafixió”, por lo visto, la cacareada “filosofía chiva” por el conformismo. Fue un cuadro consciente de su mediocridad, y resignado a asumirla con humildad franciscana. En el aspecto ofensivo, sobre todo, por la absoluta inoperancia del “Venado” Medina y la pachorra del “Bofo” Bautista --sendos ceros a la izquierda--, más las intermitencias de Arellano, fue un triste catálogo de limitaciones.

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