Lunes, 25 de Noviembre 2024
Deportes | Por Jaime García Elías

* Claroscuros

Por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

Otra vez fue un clásico donde la violencia se hizo presente, sobre todo a las afueras del estadio. MEXSPORT  /

Otra vez fue un clásico donde la violencia se hizo presente, sobre todo a las afueras del estadio. MEXSPORT /

Más claroscuros del “Clásico” Atlas-Guadalajara del sábado en el Jalisco:

1.- José Luis Real, técnico de las “Chivas”, se ha significado, desde sus tiempos de jugador, por ponderado. En ese tenor, acertó al encomiar “el corazón, el coraje, el orgullo” de que hizo gala su equipo, especialmente desde que se quedó con nueve contra once rivales. Le faltó decir --por modestia, probablemente-- que otra virtud del cuadro rayado, en ese encuentro, fue el orden: el plan de juego que él dispuso no sólo para defender la victoria parcial por 1-0, sino para seguir atacando, así fuera esporádicamente, para tratar de asegurar el resultado. Le faltó decir, también, que el triunfo se frustró por una pifia de su arquero Michel. Sin embargo, hizo bien en no decirlo, porque tampoco se trata de exhibir el ocasional desacierto de un jugador que de ordinario contribuye significativamente a los buenos resultados... En todo caso, lo verdaderamente criticable sería su aseveración de que las expulsiones del “Cubo” Torres y Báez fueron “ajenas a lo futbolístico”. Aun en la hipótesis, muy discutible, de que las expulsiones hubieran sido injustas, una cosa es indiscutible: fueron incidentes 100 % futbolísticos.

2- La intención de Benjamín Galindo al mandar a la cancha a Ortega (colombiano), dos Santos (Brasileño) y Costly (hondureño) cuando el Atlas tenía ventaja numérica, fue buena. La fórmula, en la práctica, fue inoperante, por dos razones: primera, la falta de compromiso profesional de los tres jugadores con la institución --es obvio que lo único que los motiva para vestir la camiseta es el salario--..., y segunda, la evidente incapacidad de Benjamín para orientar a sus huestes al efecto de que sus cargas masivas adquirieran claridad. Los Rojinegros, el sábado, fueron ciegos guiados, desde la banca, por otro ciego.

3.- La consigna de que el del sábado fuera “un Clásico sin violencia”, volvió a frustrarse. Fue notoria, por enésima vez, la incapacidad de los dirigentes rojinegros para establecer pautas de conducta para los aficionados, y de la policía para hacerlas cumplir. Hubo bengalas y saltos de los espectadores --seguidores del Guadalajara, sobre todo-- en las tribunas, y hubo agresiones cobardes e injustificadas que generaron, especialmente a la salida, riñas en los alrededores del inmueble.

*

En suma, el Clásico, por esta vez, dejó más cosas negativas que positivas.
...Y lo peor es que eso se está volviendo costumbre.

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