* ''Chicharito'', again

Una más del “Chicharito”...

Los impacientes quisieran que el joven atacante tapatío ya fuera titular y no simplemente uno de los ases que Sir Alex Ferguson, su técnico, se saca de la manga cuando su intuición le avisa que debe modificarle la fisionomía, sobre la marcha de los partidos, al Manchester United.

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Desde antes de la reforma reglamentaria de la FIFA que permitió la sustitución de jugadores, algunos técnicos sostenían que un equipo de once, por competentes que fueran, daba ventaja a los rivales.
Sin detrimento de mantener, en lo posible, las alineaciones que demuestran ser operantes, los sabios del deporte entendían que ni todos los caminos están hechos para todos los caminantes --como dijo Goethe--... ni todos los partidos están hechos para todos los futbolistas. Si en una plantilla hay, de ordinario, arriba de 20 jugadores, en ese hecho va implícita la posibilidad de “barajarlos”, como solía decir Javier de la Torre, en función de la necesidad... o de la conveniencia.

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Ferguson lo anticipó desde que dio el visto bueno a sus “scouts” y aprobó la contratación del “Chicharito”: ahí hay un jugador con futuro, sí... pero también con presente. Darle minutos, viéndolo no precisamente como un gesto generoso sino como un recurso, en función de las circunstancias, haría crecer a Javier como futbolista.

El joven atacante mexicano, mucho mejor orientado que otros paisanos suyos que también cruzaron el charco para buscar mejores horizontes en su carrera --los casos de Carlos Vela y Giovani dos Santos, concretamente--, aceptó de buen grado la decisión de su técnico...

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Los resultados están a la vista. El “Chicharito” no juega todos los minutos que los “masiosare” a ultranza quisieran. Pero está atento al desarrollo de los partidos... y dispuesto, en la banca, desde el silbatazo inicial, para el momento en que su técnico decida convocarlo.

Cuando eso sucede, pueden pasar cosas como las que han sucedido en sus más recientes apariciones, y, más particularmente, como su gol de ayer ante el Stoke City. Una reacción como la suya, relampagueante, denuncia al jugador que, aun sin estar habitualmente en la cancha, está siempre en los partidos: físicamente entero para aprovechar la fracción de segundo que puede convertir una oportunidad en gol..., y mentalmente dispuesto para entender que en eso consiste, por ahora, su trabajo: en ser solución para los problemas que detecta su técnico.