Por las afectaciones por el COVID-19, Carlos González pidió un préstamo por 200 mil pesos a un amigo para mantener su negocio de autolavado y detallado automotriz, pues se vio obligado a suspender las actividades por varias semanas. “Les pagaba los sueldos a mis trabajadores hasta que me quedé sin dinero. Traté de solicitar el apoyo de los programas municipales y estatal, pero nunca logré hacer el trámite”.Por ello decidió recurrir a las personas más cercanas para hacer frente al pago de sueldos, de la renta y cubrir las deudas con proveedores. Actualmente paga 10 mil pesos mensuales del préstamo y recomienda a otros propietarios “que no adquieran compromisos si no están completamente seguros de poderlos cumplir”.De un total de 30 mil 155 empresas (micro, pequeñas y medianas) que recibieron algún apoyo financiero durante el año pasado en Jalisco para enfrentar la crisis económica provocada por la contingencia sanitaria, 13 mil 458 prefirieron que los préstamos fuesen de familiares o amigos; es decir, cuatro de cada 10, según datos del Estudio sobre la Demografía de los Negocios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).El resto obtuvo financiamientos del Gobierno (19.01%), de bancos (9.96%) y de las cajas de ahorro (8.77%), entre otros.De acuerdo con la información del Inegi, la mayoría utilizó los recursos para la adquisición de insumos, seguido por el pago a los proveedores y para la renta de los establecimientos.TESTIMONIOTras quedarse sin trabajo en el inicio de la pandemia por el nuevo coronavirus, debido a que tiene un negocio de organización de eventos sociales, los cuales se suspendieron al inicio de la contingencia, Octavio Torres obtuvo un crédito con un familiar por 25 mil pesos, pues no pudo acceder a préstamos ni de instituciones bancarias ni del Gobierno. Esto le permitió mantenerse por alrededor de tres meses para buscar qué hacer mientras continuaban suspendidas las fiestas. “Me sirvió para surtir un poco de alimentos. Lo que hice fue irme a trabajar a una obra (construcción de fraccionamiento), para venderles comida a los albañiles. Casi todo el 2020 me la pasé haciendo eso”. Aclara que apenas ganaba para cubrir los gastos del hogar, ya que sus ingresos se redujeron 70 por ciento. Previo a la pandemia tenía entre 15 y 20 empleados. Y la reactivación de los eventos le permitió incorporar a más personal. Actualmente se han sumado siete trabajadores. Torres acentúa que de los 25 mil pesos que le prestaron, paga abonos a capital y dos mil 200 pesos de intereses mensuales hasta que se cubra el monto total.Subraya que fue complicado acceder a otro tipo de financiamiento. En el caso del préstamo del Gobierno estatal, “tenía trámites engorrosos. Los bancos, igual. Estaban poniéndose sus moños”. Añade que los prestamistas también tenían sus reservas. “Obviamente, no sabían si la persona a la que prestaban se enfermaba del virus y se te iba sin pagar. Me prestaron porque es un familiar... y sabe que si me pasa algo, respondía mi esposa o mis padres”. El préstamo que recibió no fue suficiente, por lo que a finales del año pasado tuvo que vender un automóvil. En 2020 realizó el trámite para recibir el apoyo del Gobierno estatal por 50 mil pesos, pero a la fecha no recibe una respuesta.De las 288 mil pequeñas y medianas empresas que lograron sobrevivir durante el año pasado en medio de la contingencia por el COVID-19, sólo 30 mil 155 accedieron a los créditos o préstamos para cubrir sus principales necesidades; es decir, sólo uno de cada 10 negocios recibió algún apoyo para la adquisición de insumos, deudas con proveedores y el pago de la renta, entre otros.De los 30 mil 155, apenas 19.01% obtuvo financiamiento por parte del Gobierno en sus diferentes niveles.Y el panorama no es muy alentador. En el paquete presupuestal 2022 del Gobierno federal se propone una reducción importante para la entrega de créditos a micro, pequeñas y medianas empresas productivas y competitivas. Se considera una bolsa de sólo 240.6 millones de pesos, frente a los tres mil 503 millones que se etiquetaron para este año.Lo anterior, debido a que se eliminó el Programa de Microcréditos para el Bienestar, el cual formaba parte de los 30 programas y proyectos prioritarios de la actual administración federal. A través de éste se buscaba apoyar a la población que, por diferentes causas, no accedió a los servicios que ofrece el sector financiero tradicional para iniciar un negocio o consolidar uno existente.En este año, ese programa tuvo una bolsa de mil 500 millones de pesos para otorgar financiamientos, así como asesorías y capacitación.Otro de los que se eliminaron fue el programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares, el cual promueve el acceso a los créditos para ampliar el potencial productivo de las micro, pequeñas y medianas empresas, incluidos los negocios en comunidades marginadas. Este año tuvo una bolsa de mil 600 millones de pesos.A nivel local, los proyectos de Leyes de Ingresos de los Gobiernos municipales tampoco incluyeron nuevos incentivos para las pequeñas empresas, según una revisión realizada por la Comisión de Hacienda del Congreso de Jalisco.El Ejecutivo estatal aún no envía el proyecto presupuestal del próximo año; sin embargo, los apoyos que se otorgaron previamente a las empresas fueron principalmente a través de deuda pública.En este año se lanzó el programa Reactiva, con 84 millones 584 mil pesos. Los primeros 40 millones se destinaron para dar apoyo de emergencia al pago de la nómina y la renta de locales, los cuales se vieron más afectados por la contingencia sanitaria.DATOEn los proyectos de Leyes de Ingresos 2022, los Gobiernos municipales en la Entidad no incluyeron rebajas adicionales para apoyar a los negocios afectados por la crisis económica generada por la pandemia del COVID-19. Sólo se mantienen los descuentos habituales por pronto pago y para grupos en situación de vulnerabilidad.El presidente de la Comisión legislativa de Hacienda, Javier Romo Mendoza, informó que en el análisis de las iniciativas que recibieron no identifican incentivos adicionales en el contexto de la emergencia sanitaria. “No tenemos apoyos por COVID-19, no hay descuentos especiales… aunque los apoyos por pronto pago y demás sí siguen, pero no hay descuentos por el tema del virus”.Durante el año pasado y el actual, los Ayuntamientos metropolitanos pusieron en marcha algunos programas de apoyos económicos para la protección del empleo formal e informal.El Ayuntamiento de Zapopan, por ejemplo, otorgó créditos con 0% de interés por hasta 40 mil pesos para las empresas, mientras que en Tonalá se ofrecieron apoyos únicos por mil pesos para los tianguistas afectados por la contingencia sanitaria.Además de incentivos a comercios, algunas administraciones municipales repartieron despensas y descuentos en trámites funerarios y en cementerios, pero todo eso lo dejarán atrás el siguiente año.En un recuento realizado por este medio, se documentó que, en el primer año de la contingencia, al menos 21 municipios promovieron proyectos para hacer frente a las afectaciones económicas.De acuerdo con el Estudio sobre la Demografía de los Negocios 2020, durante el año pasado desaparecieron 58 mil 128 establecimientos en Jalisco (con corte a septiembre), en comparación con la información que se tenía de los Censos Económicos 2019.Sin embargo, en ese lapso nacieron 34 mil 718 unidades económicas, por lo que la reducción neta fue de 23 mil 410 negocios en el Estado. “La población inicial de establecimientos en Jalisco disminuyó de 311 mil 700 a 288 mil 290”, se precisa en un análisis realizado por el Instituto de Informática y Estadística de Jalisco. Es decir, desaparecieron 18.6% de los establecimientos en la Entidad, por debajo del promedio nacional, que fue de 20.8 por ciento.Respecto a la tasa de sobrevivencia de mayo de 2019 a septiembre de 2020, la proporción de establecimientos formales que sobrevivieron en Jalisco se ubicó en 85.2%, mientras que a nivel nacional se ubicó en 82.2 por ciento.La proporción de pequeñas empresas en Jalisco que implementaron entregas a domicilio durante la contingencia del COVID-19 se ubicó en 15.5%, porcentaje superior al de los establecimientos de tamaño micro, que se ubicó en 11.1 por ciento.Las Pymes tuvieron un mayor uso de redes sociales que las micro: las usaron 16.8% y 6%, respectivamente.GUÍALa adopción del canal digital se fortaleció de manera exponencial con la llegada de la pandemia por el nuevo coronavirus. Durante este año se estabiliza esta tendencia manteniendo a seis de cada 10 pequeñas y medianas empresas vendiendo por internet.De acuerdo con el Estudio sobre Venta Online en Pymes 2021, de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), el impacto del COVID-19 en los ingresos de estos negocios trajo consigo una dependencia fuerte del canal digital para sobrellevar el cierre de las tiendas, especialmente en empresas con menor tamaño.Las redes sociales son el canal más común entre las Pymes que venden por internet (85%), seguido de vender a través de sitios propios y externos.Se destaca que el comportamiento al comienzo de la pandemia causó un alza en las ventas online. “Quienes no estaban vendiendo por este canal decidieron sumarse, mientras que a los que ya contaban con presencia, los picos de venta fueron un comportamiento atípico”.En el documento se subraya que, a más de un año de la contingencia sanitaria, el panorama comienza a estabilizarse. “Varias empresas concuerdan en que esto se debe a que, en el encierro, muchas personas se vieron obligadas a comprar todo vía online y ahora que las restricciones se han ido disminuyendo se comenzó a comprar nuevamente en formato físico. Esto lo notan debido a que, aunque sus ventas en línea han ido a la baja, sus ingresos no han disminuido, lo cual refleja que el modo de comprar no ha sido evitado, sino que ha migrado de canal”.Durante el primer semestre de 2021, las empresas declaran que han experimentado un crecimiento del 100% en las ventas generadas por su canal digital. Además, esperan que la venta online represente casi 35% de sus ingresos totales al cierre del año. Y para 2022 están pronosticando que siga incrementando su contribución a las ventas totales.“Las Pymes entrevistadas consideran que vender en línea es una obligatoriedad en la actualidad. Si antes era necesario, ahora resulta impensable considerar que una empresa tenga crecimiento si no cuenta con una presencia digital. Tras la pandemia, las empresas se vieron obligadas a apostar por este canal e intentar mover su mercado para comprar de manera online, o bien, encontrar nuevos clientes en este canal”.¿Qué opina de los apoyos del Gobierno ante el COVID-19?Participa en Twitter en el debate del día @informadorSi te interesó esta noticia y quieres saber más, entonces descarga y descubre INFORMAPlus, la aplicación digital de EL INFORMADOR, en donde tenemos contenidos exclusivos, seleccionados por nuestros editores, para darles una experiencia más completa a los lectores.Descarga la aplicación y pruébala GRATIS por treinta días.Para iOS: https://apple.co/35jaVgb Para Android: https://bit.ly/3gwVSEVSi eres suscriptor de EL INFORMADOR tu acceso está incluido, solicítalo al 33 3678-7777.