Yuval Noah Harari reflexiona sobre el hombre y sus dominios

GUADALAJARA, JALISCO (29/ENE/2015).- A medio camino entre la investigación histórica y la divulgación, el libro “De animales a dioses: breve historia de la humanidad” (Debate, 2014), del historiador —y doctor por la Universidad de Oxford— Yuval Noah Harari, no hace un retrato complaciente de nuestra especie y, aunque en buena medida sus ideas no son originales, su estilo incrementa su elocuencia y asertividad, pero además no evita hacer énfasis en las dificultades de conocer a detalle las vidas de nuestros ancestros más remotos ni teme admitir que, francamente, es muy poco lo que sabemos de nosotros mismos y mucho lo que dependemos de nuestra imaginación.

De hecho, para el autor, su interés por el tema surge a partir de preguntas como “qué hizo que nuestra especie se volviera dominante en el planeta, o bien por qué el hombre ha sido dominante sobre las mujeres en la mayoría de las sociedades humanas, o por qué somos más felices hoy día que en épocas pasadas; estas cuestiones no puede resolverlas la investigación histórica típica que obliga a enfocarnos en un sólo periodo o época para darles respuesta, pero creo que debemos atender al espectro completo: la historia de la humanidad”.

Así, tomó dos puntos de vista básicos para enfocar su trabajo, “primero que nada, lo común que es entender la historia a través de la biología, tomando herramientas de los genetistas, neurólogos y demás; para mí es importante saber de estas teorías porque no es posible entender al género humano sin saber de biología. Somos animales y prácticamente todo lo que hacemos tiene una base biológica; ahora, la biología no es suficiente por sí misma, porque con ella como herramienta exclusiva no podemos estudiar, por ejemplo, la revolución industrial, que tiene una fuerte dimensión cultural. Lo que busqué en este libro fue encontrar un balance adecuado entre la biología y la cultura, porque ambas son necesarias para comprender la historia”.

Asimismo, dice Harari, “la segunda cuestión que debí atender fue la compleja relación entre el poder y la felicidad; los historiadores de antaño se enfocaron, casi de manera exclusiva, en cuestiones de poder, desestimando cuestiones como la felicidad y el sufrimiento que, en mi opinión, pueden ser más importantes porque, en sí mismo, el poder no significa mucho. La cuestión es reflexionar acerca de cómo el poder hace para hacer mejores nuestras vidas, puesto que el propósito, a fin de cuentas, de realizar un gran descubrimiento o una revolución es hacernos más felices de lo que éramos. Por eso incluí la felicidad y el sufrimiento como elementos de análisis”.

LAS POSTURAS DE YUVAL NOAH HARARI SOBRE...

La revolución cognitiva

“Se da por razones biológicas, por una mutación en el ADN de un simio que le permite crear lo que serán las bases para la cultura humana, al darle la habilidad única no sólo de crear la ficción, sino difundirla al grado de que muchos pudieran compartirla. Esta es la base de la cultura y de cualquier colectividad a gran escala, el fin del relato biológico y el nacimiento del relato histórico”.

El chisme

“Para sobrevivir, los humanos necesitan pertenecer a un grupo, lo usual es no sobrevivir por nuestra cuenta; para lograrlo, es fundamental conocer a los miembros del grupo y, asimismo, información social distinta de la que obtienen otras especies. Por ejemplo, lobos y monos viven en grupos pero obtienen datos sociales a partir de la observación; en los humanos, el desarrollar del lenguaje nos permitió ‘chismear’ y gracias a ello compilar numerosos datos de sociabilidad (podemos referirnos a entidades que no se sustentan en los sentidos). Aún hoy, la mayoría de las comunicaciones humanas (en televisión, red o la radio) sigue sustentándose en el cotilleo, que es de lo que más nos gusta hablar, porque otros temas conducen al aburrimiento”.

La ficción

“Es sustancial porque en ella se basa la unidad en las comunidades humanas; la religión es un ejemplo, porque en ella encontramos los relatos sobrenaturales sobre dioses, ángeles y otras criaturas en las que las personas creen y hacen posible que emprendan tareas a gran escala como una cruzada. El campo económico no es distinto, en él hay entidades ficcionales como el dinero, que en sí mismo no representa una realidad factual, pero sobre él todos creemos la misma historia y de ahí creamos las bases para la economía, en especial las grandes corporaciones, cuya existencia no tiene una base física o material pero que, con el tiempo, adquieren una forma de sustancialidad que les permite dominar el mundo, algo que permite el hecho de que olvidamos que se trata de historias”.

La globalidad

“Creo que este libro responde a la necesidad que la gente tiene hoy día, en este mundo globalizado donde los fenómenos a gran escala pueden determinar nuestra existencia y en el que conocer la historia nacional no basta para comprender nuestra existencia; por eso busqué una perspectiva global para intentar dar explicación a estos procesos; asimismo, creo que el libro consigue dar algunas respuestas de un modo accesible y simple. Nunca quise un libro pesado o tan académico que sólo lo entendieran los profesores; al contrario, pensé en uno que se comprendiera con facilidad y fuera divertido”.

El futuro

“Se encuentra lleno de peligros y problemas; los cambios se suceden en el mundo a velocidad sorprendente, de modo que nadie comprende lo que pasa. No sabemos lo que será de este planeta y sus sociedades en 20 años; cada vez es más complicado ofrecer una respuesta a mis alumnos, por ejemplo. Cada vez más personas viven en el temor y la inseguridad, el hecho de no sentir que podemos intervenir en estos procesos crea una enorme ansiedad”.

TOMA NOTA

El libro

Título: “De animales a dioses: breve historia de la humanidad”.
Autor: Yuval Noah Harari (Israel, 1976).
Editorial: Debate.
Precio: $299.