Yo, el otro y el tercero: reconocer lo ajeno según Waldenfels

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2011).- Yo es otro. Esta frase del escritor Arthur Rimbaud sirvió de premisa para los planteamientos que realizó Bernhard Waldenfels durante su participación en el Banquete de FIL-o-Sofía que se llevó a cabo en el Hotel Hilton como parte del programa de la Feria Internacional del Libro.

La charla trató los principales problemas del ser con respecto a la presencia de un individuo ajeno, atemorizante y perturbador: el otro. El invitado estuvo acompañado por Gustavo Leyva, quien presentó a los miembros de la mesa y realizó la traducción durante la conferencia; además de contar con la presencia de las doctoras Miriam Madureira y Dinora Hernández, estudiosas asiduas de la teoría de Waldenfels, quienes también tomaron la palabra.

''Partimos de que lo extraño invade nuestra realidad. Lo que me afecta, lo que tiene influencia sobre mí, es lo que me preocupa'', particularmente para un individuo que ve esto desde una perspectiva pasiva es angustiante. Para que todo vuelva al orden se planteó la necesidad de la presencia de un 'tercero', que tenga las funciones de mediador, conductor, distribuidor entre ambas partes. ''Este individuo elimina el sentido de lo extraño'', explicó Waldenfels.

Como experiencia política, este fenómeno es una realidad tangible. Los extranjeros en países ajenos al suyo son un ejemplo vivo y que sigue en la actualidad. Aunque también existe la otra cara de la moneda, la apropiación de lo extraño como algo que admiramos por que nos es extraordinario.

Para la profesora Miriam Madureira, el tercero es como el terreno en que se encuentran lo extraño y lo propio. ''El reconocer lo extraño como lo propio es quitarle el aguijón'', por medio de la crítica y el reconocimiento. La doctora realizó su estudio a partir de tres puntos de vista: de lo propio a lo extraño, de lo extraño a lo propio y dentro de lo extraño mismo. ''Lo extraño es lo que me es distante, no esta en otro lugar, sino que es otro lugar''.

Es algo que no es factible, que desconocemos y que nos provoca a ser conocido. Esto le quita su cualidad de extrañeza radical, puesto que la búsqueda de su conocimiento o apropiación lo hace un otro un poco más cercano al individuo.

''América no fue descubierta si no inventada'', citó a continuación la especialista Dinora Hernández. ''Los indígenas serán un símbolo del obstáculo para el progreso. La necesidad de redimirlos será parte de la batalla constante, la negación del México profundo por parte del México idealizado''.

En 'La visión de lo vencidos', de Miguel León-Portilla, se aprecian dos forma de ver al otro: la de los mexicas, los indios, que elevan a los extranjeros a divinidad y la de los españoles, para quienes los indígenas representan lo demoniaco, lo salvaje, lo que se debe dominar (por medio de la guerra y, luego, de la conversión religiosa). Sin embargo, también está la comprensión, por medio de la figura de Bernardino de Sahagún, que si bien aún pensaba como hombre de religión europea, reconocía el valor de la cultura de los indígenas.

''Las culturas han estado en contacto, reestructuran lo propio y a veces se manifiestan en lo ajeno. Lo otro es igual, pero diferente''. Aún así, las luchas sociales, de identidad y de tolerancia serán constantes, a pesar de esto, existirá siempre la necesidad de pertenecer a una identidad colectiva. ''La extrañeza radical, llega cuando no se puede reconocer lo extraño como una versión de nosotros''.

Finalmente, entre sus comentarios conclusivos y las respuestas a las preguntas realizadas por el público, el doctor Waldenfels destacó la importancia del orden en todo este problema filosófico, el cual sintetizó con una frase de Nietzsche: ''Todo orden consiste en la igualación de lo que no es idéntico''.

PARA SABER

El Invitado

Bernhad Waldenfels (17 de marzo de 1934, Essen) es un filósofo alemán. El tema central de su pensamiento y escritura es el desafío de lo desconocido.
Es Profesor Emérito de la Ruhr-Universität Bochum, Alemania. Tiene más de 300 publicaciones en cuatro continentes y muchos de sus libros han sido traducidos a varios idiomas.

EL INFORMADOR / ISABEL ROBLES