Sábado, 23 de Noviembre 2024
Cultura | Tradiciones

Ya es Navidad

Alrededor del mundo, numerosos países celebran, con mayor o menor intensidad y según sus costumbres, el nacimiento de Jesús de Nazaret en Belén

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA,JALISCO.- La Navidad no empezó a festejarse hasta el siglo IV. Hasta entonces, los cristianos sólo conmemoraban la muerte de Jesucristo. Tal y como se conocen estas fiestas hoy día, comenzaron a celebrarse en el siglo XIX, incluyendo la costumbre de los villancicos. Aunque grandes religiones como el budismo y el hinduismo no celebran la Navidad, la globalización ha hecho que la fiesta se sienta, con mayor o menor intensidad, en todo el mundo.

España cuenta con las Navidades más prolongadas del mundo, que comienzan el 22 de diciembre, con la lotería, y terminan el 6 de enero, con la llegada de los Reyes Magos. Italia ha exportado la costumbre de regalarse ropa interior roja la noche de Fin de Año, que se celebra cenando lentejas. En Polonia hay gran tradición de belenes.

En Finlandia, donde la leyenda asegura que Santa Claus vive y fabrica sus juguetes, se coloca abundante decoración en los árboles, dentro y fuera de las casas, durante la llamada “Pikkujoulu” o “Pequeña Navidad”, que son los momentos finales de los días previos a Nochebuena. La cena de Navidad es el momento cumbre.

En Japón no se celebra la Navidad, sólo el Fin de Año, llamado Omisoka, y las fiestas se prolongan hasta el 4 de enero. Es tradición una comida familiar con degustación de fideos, símbolo de longevidad.

Los Reyes Magos y los regalos


Los regalos navideños tienen su origen en el mito de los Reyes Magos. Por eso se dejan el 6 de enero, festividad de la Epifanía. El oro, incienso y mirra con los que los tres magos de Oriente adoraron al Niño en Belén, inspiran los regalos.

También la figura de Nicolás de Bari, antecesor de Santa Claus o Papá Noel, santo obispo que se distinguió en la Turquía del siglo IV por su generosidad hacia los pobres, ha derivado en la costumbre anglosajona de hacerse regalos el 25 de diciembre.

Hay otros antecedentes de los regalos navideños paganos. Uno de ellos se remonta al culto bárbaro a robles y otros árboles, cambiado por el abeto cristiano adornado con velas y manzanas. En el siglo XVI, los hogares de Alemania incrementaron aquella tradición, colocando en el árbol dulces, mazapanes y, poco después, regalos para los niños.

Otro antecedente está en las aturnalias romanas, fiestas de la fertilidad y la abundancia, en las que eran habituales los regalos como símbolo de bonanza y de la buena voluntad de los hombres, ofreciéndose toda clase de presentes, incluyendo esclavos.

Papá Noel


La figura de Papá Noel o Santa Claus está inspirada en San Nicolás de Bari, quien en el siglo IV fue obispo de Mira, en Turquía, mostrando gran generosidad con los pobres. La veneración hacia su figura se prolongó hasta tiempos recientes, arraigando en los Países Bajos, desde donde saltó a Estados Unidos. Con ella y en recuerdo del santo, se impuso la costumbre de intercambiar regalos.

La apariencia que tiene en la actualidad es muy diferente a la que tuvo San Nicolás y es fruto de una evolución que comenzó con el cuento A Visit from St. Nicholas, del escritor norteamericano Clement Clarke Moore, quien a comienzos del siglo XIX lo imaginó en un trineo tirado por renos.

Posteriormente, el ilustrador Thomas Nast dibujó a Santa Claus como un anciano regordete con barbas blancas. Haddon Sudblom dibujó en 1931 a Papa Noel con traje rojo para una campaña publicitaria de Coca Cola. En algunos países como España, Papá Noel y los Reyes Magos compiten y conviven en perfecta armonía. Dos mejor que uno...

Existen otras figuras que en Nochebuena y Navidad rivalizan con él. En México y en otros países de América Latina es el Niñito Dios quien visita las casas en Nochebuena y deja regalos a los pequeños junto a sus zapatos o debajo del árbol navideño.

Los nacimientos


Las duras condiciones del invierno de 1223 obligaron a San Francisco de Asís a pasar las Navidades en el pueblo italiano de Greccio. Allí tuvo la idea de recrear el nacimiento de Jesús, colocando un pesebre con la imagen de Cristo, una mula y un buey delante del altar donde celebraría la Misa de Navidad. E invitó a los vecinos a venerar a Dios, con lo que en realidad creó un nacimiento viviente.

La ocurrencia caló en la comarca, extendiéndose por el resto de Italia. A finales del siglo XV, con la costumbre completamente arraigada, aparecen en Nápoles las primeras figuritas que junto con el Misterio, representaban a pastores y peregrinos. Se las conocía como belenes, al reproducir el nacimiento en el pueblo donde nació Jesús.

El rey de España, a quien entonces pertenecía el reino italiano, exportó al resto del imperio español aquella costumbre

El árbol


Los cristianos primitivos tomaron la tradición del árbol navideño de los pueblos germánicos, quienes consideraban sagrados a determinados árboles, en quienes veían la representación de algunos de sus dioses como Odín y Thor, siendo sus copas metáfora del Valhalla, su paraíso.

Muchas culturas antiguas consideraban a los árboles el puente entre la tierra (las raíces) y el cielo (las hojas) y símbolo de la unión entre lo divino y lo humano. Los cristianos asimilaron ese culto, transformando su sentido, al convertir al árbol en símbolo del nacimiento de Cristo. Cuenta la tradición que fue San Bonifacio, el “apóstol de Alemania”, quien taló la encina sagrada de los paganos para plantar en su lugar el abeto de los cristianos.

Lo adornó con manzanas -símbolo del pecado original y la debilidad del hombre- y velas -representaban la luz de Cristo recién nacido para alumbrar al ser humano-.
¿Por qué ahora es un pino? Las culturas del norte de Europa veneraban a diferentes tipos de árboles, en especial a los ejemplares más añosos de robles y hayas.

La cristiandad cambió aquellas especies de hoja caduca por una conífera debido a que sus hojas son perennes, no se caen durante el invierno. Así, el árbol pasó a simbolizar la vida eterna propugnada por la religión de Cristo. Además, las coníferas tienen forma triangular, que remite directamente al misterio de la Santísima Trinidad

El acebo


Las numerosas virtudes medicinales y terapéuticas de una planta que a la vez era venenosa y tenía llamativos frutos rojizos y hojas de aspecto metálico, convirtieron al acebo en algo sagrado para los celtas, quienes la consideraron símbolo de virilidad y amuleto. Los druidas colocaban dentro de sus casas las ramas trenzadas de este arbusto en recuerdo de tales propiedades, que creían divinas y por su capacidad para alejar a los malos espíritus.

La tradición se ha prolongado hasta nuestros días, en especial en el mundo sajón, donde es obligado colocar una corona o unas ramas trenzadas de acebo en la puerta de las casas, para atraer la buena suerte.
Algo parecido ocurre con el muérdago, planta parásita de característicos frutos globosos de color blanco y muy pegajosos.

También poseedora de virtudes mágicas para los pueblos celtas, sus hechiceros la consideraban divina, al crecer sin tocar el suelo, utilizándola con profusión. Tal simbología llega a nuestros días extendiéndose a otras creencias, como la que asegura que besarse bajo unas ramas de muérdago hace que se conserve el amor de la pareja.

Flor de Nochebuena

La Flor de Nochebuena es originaria de México y su nombre científico es “euphorbia pulcherrima”, que significa “pulcra” o “la más bella”. Se conoce también como Poinsettia, Flor de Pascua o Estrella de Navidad. Fue introducida en Estados Unidos en 1825 por Joel Robert Poinsett, de aquí su nombre Poinsettia. Tuvo tal aceptación que el 12 de diciembre se declaró el Día de la Poinsettia. Su uso se inició por una tradición anglosajona de adornar las casas con árboles y plantas en Navidad.

En la época decembrina, sus hojas cambian de color a rojo intenso y por eso su nombre de Estrella de Navidad o Flor de Nochebuena en algunos países. En otras naciones, como sus hojas durante hasta tres o cuatro meses, se le conoce como Flor de Pascua, coincidiendo con la celebración de la Pascua.

El pavo


Fue Hernán Cortés quien llevó el pavo de México a Europa en el siglo XVI, fascinado por su sabor y textura, así como por la forma en que los aztecas lo preparaban. En el Nuevo Mundo se conocía como guajolote o hueyxolotl, en nahual. Posteriormente, los jesuitas comenzaron a celebrar la Nochebuena con esta carne especial, considerada el plato más importante de la comida de Navidad.

Se sirve en la cena de Navidad como símbolo de unidad en la familia y como gratitud a Dios.

Las piñatas

Durante la época de la colonia mexicana, los frailes franciscanos introducen las piñatas buscando sustituir las fiestas paganas. La piñata, siempre colorida y bonita, representa el pecado en el mundo como algo atractivo. Básicamente, tiene forma de estrella con siete picos que representan cada uno de los pecados capitales.

La acción de pegarle con un palo representa la fuerza que Dios da en su Evangelio para luchar contra el pecado. La persona que le pega tiene los ojos vendados para adivinar dónde está, lo que simboliza que estamos “ciegos” contra el pecado. Al romperse, caen los dulces y frutas como las bendiciones que se reciben al vencer el pecado.

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