Wendy Guerra y Anaïs Nin, dos mujeres testigos de su época

GUADALAJARA, JALISCO (28/NOVIEMBRE/2011).- Anaïs Nin viaja a Cuba para reencontrar a su padre y en él un pasado, pero nunca su presente. Hace 89 años la escritora, cuyos diarios han sido editados para vender miles de libros, regresó a la Habana para contar la historia de su reencuentro con el padre ausente, pero no lo hizo, escribió todo, de eso se encargó otra persona. Esa es la principal motivación para que Wendy Guerra venga a la Feria Internacional del Libro, para presentar Posar desnuda en La Habana, un proyecto apócrifo de los diarios de Anaïs en ese viaje para encontrar en el pasado los orígenes de su escritura.

“Proyecté un apócrifo de sus líneas vacías a partir de un diario casi virgen que reescribo hoy en su memoria, Anaïs es una mujer cuya personalidad era poco entendida, me llamaba la atención su sobreexposición a la vida, quizá Anaïs es la mujer que todas las mujeres que escribimos queremos ser”.

Anaïs Nin fue una escritora francesa, nacida de padres cubanos. Practicaba la bigamia de manera pública. Nunca le intereso escribir como una profesional, toda su vida fue retratada en sus diarios, de los que se pueden localizar por lo menos siete tomos. Eso a la hermosa Wendy Guerra le costó mucho trabajo y dedicación: “esta novela me llevó casi 12 años interrumpidos, porque escribí otros llibros e incluso gané otros premios, pero esta novela me tenía atrapada. Soy una chismosa de los documentos, soy una mujer feliz y dicharachera, quizá por eso me atrapó la vida de Anaïs”.

Anaïs, la que todas quisieran ser

Sus padres fueron la cantante cubana Rosa Culmell, de origen francés y danés, y el compositor y pianista cubano Joaquín Nin, de ascendencia catalana, aunque éste las abandonó cuando Anaïs contaba con once años. Este abandono, que marcó a Nin para el resto de su vida, fue también el detonante para que ella comenzara a escribir sobre su vida en sus diarios, los cuales se iniciaron como una carta dirigida a su padre, con quien no tuvo contacto durante los siguientes 20 años.

A los 19 años Anaïs hace el viaje que le da vida al libro de Wendy Guerra. Era el año de 1922 cuando Anaïs consigue un trabajo como modelo y bailarina de flamenco y se casa en La Habana (Cuba) con el banquero Hugh Guiler, con el que se marcha a vivir a París. Una vida aburrida y la lectura de D.H. Lawrence la convencen para hacerse escritora.

“Viví poseída por sus territorios, por sus testimonios, por sus encuentros. Pero la parte que más me identifica con ella fue su relación con su padre” dice la también cineasta y novelista cubana. Cuando uno va recorriendo los pasajes de la vida de Anaïs, reconstruidos por Wendy Guerra se puede dar cuenta de que el amor entre padre e hija puede llegar a asustar a más de alguno. “Lo importante es la sobreexposición que tuvo esta mujer en un mundo como el nuestro. Ese es el viaje más determinante en su vida, con el que decidió cambiarme la vida a mi también, porque yo también soy ella”.

Para la presentación del libro en la Feria, Wendy advierte que “he ensayado una semana en Guadalajara pero no les puedo decir, sólo que es una sobreexposición como era la vida de Anaïs”.

El dato

Presentación Desnuda en La Habana

Martes 29 de noviembre

Salón 5, planta baja, Expo Guadalajara

20:00 a 20:50

Autora: Wendy Guerra

Presenta: Waldo Saavedra

Editorial: Alfaguara

Para saber

Anaïs Nin fue una escritora francesa, nacida de padres cubanos. Después de haber pasado gran parte de su infancia con sus familiares cubanos, se naturalizó como ciudadana norteamericana; vivió y trabajó en París, Nueva York y Los Ángeles. Es considerada una de las autoras más reconocidas en el estilo surrealista, y es mejor conocida por los escritos sobre su vida y su época recopilados en los llamados Diarios de Anaïs Nin, volúmenes del 1 al 7.

Perfil

Wendy Guerra nació en La Habana en 1970, donde radica actualmente. Ha recibido numerosos premios por su obra poética y su novela Todos se van recibió el Premio Bruguera y fue incluida entre los mejores novelas del 2006 por El País. En 2010 fue nombrada Chevalier de l´Ordre des Arts et des Letrres de la República francesa.

EL INFORMADOR /OMAR GARCÍA