GUADALAJARA, JALISCO (06/SEP/2016).- “Desde la sombra” es una novela de género fantástico situada en un doble plano: por un lado la imaginación del protagonista, “Damián Lobo”, que en su cabeza se “entrevista” con “Sergio O’Kane”, conductor de un talk show inexistente. Por otro lado, el plano “real” donde “Damián” huye de un pequeño robo en un mercado de antigüedades: para esconderse se mete en un viejo armario que será vendido. Sin que nadie lo note, se traslada el mueble hasta la casa de una pareja, para vivir de manera furtiva con la familia. Sobre la novela, platicamos con el autor vía telefónica.—El tono de la novela es un fantástico cotidiano, como ya había explorado en libros recientes (“Lo que sé de los hombrecillos”, 2010). ¿Cómo surgió esta trama, hay diferencia con sus libros anteriores?—Cada libro tiene su propia lógica, su propia historia y forma de crecer. El origen de este libro es muy antiguo: el armario que aparece en la novela es parecido a uno que había en la casa de mis padres cuando era pequeño. Era gigantesco desde la perspectiva de un niño. Gigantesco y lleno de misterio: era oscuro, uno se podía introducir, estaba lleno de olores familiares, de la ropa de los padres. Aunque no lo supiéramos metaforiza el útero, pero también el ataúd. El lugar en el que estamos antes de nacer y al lugar al que se va después de muerto. Un lugar parecido al subconsciente, lleno de oscuridad, un lugar para meditación, para esconderse. Ese armario me acompañó toda la vida, y hubo un momento en que en los años de juventud tuve la tentación de escribir un libro de cuentos con los armarios como protagonistas. Escribí algunos, pero no llegué a reunir la cantidad suficiente para un libro. Pero en un momento determinado me volvió a la cabeza la imagen de aquel armario: me imaginé dentro de aquel armario, pero con una familia distinta, viviendo allí, sumado a la familia por el armario. Poco a poco fue creciendo la idea y se transformó en la novela.—Una de las frases, a propósito del conductor en el talk show en la cabeza del personaje, habla del tono de seriedad que crea un efecto más cómico. Su narrativa expone de manera sobria, con un efecto que le crea al lector momentos divertidos.—Suelo decir que el humor en mis novelas es un efecto colateral. No es un efecto buscado directamente. A veces incluso me sorprende cuando me dicen que se han reído. Me he ido acostumbrando. Creo que lo que produce ese efecto humorístico es un poco la paradoja que está allí, la ironía, y por supuesto la seriedad con la que el personaje se enfrenta a asuntos que son algo estrambóticos. No es una búsqueda directa, consciente. Me interesaba más situar al personaje, ver cómo va evolucionando, ver sus intereses.—Hay una crítica social con la televisión, con la diferencia entre TeleCinco y Canal+.—La novela admite una lectura en clave de misterio, por lo misterioso cotidiano. Admite también una lectura crítica por hablar del tipo de relaciones que se mantienen en la actualidad, las dificultades de las personas para integrarse en un mundo donde es más fácil la desintegración. La televisión es algo que está presente en las vidas de todos los seres humanos. En gran medida todos somos víctimas ya de esa cultura que emite el televisor. La gente pasa muchísimas horas frente al aparato, es imposible que no deje huella. Lo que emite el aparato por lo general es más basura que otra cosa. La sociedad en general es víctima de esas emisiones. Una de los datos más espectaculares es el de la cultura de la fama por la fama. Una persona famosa de la televisión es famosa porque es famosa. No porque haya inventado algo.—Es una de las características de las buenas obras, las posibilidades de lecturas en diferentes planos.—Sí, suelo decir que las novelas de tesis por lo general son malas: si uno escribe una novela tratando de defender una tesis lo más probable es que la novela sea mala, hay muy pocas novelas buenas de tesis. Pero toda novela buena lleva una tesis, de la que tal vez el autor ni siquiera es consciente. La tesis sería equivalente al tema: la literatura sirve para hablar de una cosa fingiendo que estás hablando de otra. En toda novela interesante hay un argumento, la peripecia por la que pasan los personajes. Otra cosa es el tema, aquello que está vehiculado a través del argumento. Una novela sin tema, sólo con argumento, es una novela sin interés. Pero una novela donde la premisa principal es el tema está condenada al fracaso. Es difícil el equilibrio entre argumento y tema, entre peripecia y tesis. Es siempre un equilibrio complicado.PERFIL Sobre el autorJuan José Millás nació en Valencia en 1946. Comenzó su carrera literaria en 1975, con la publicación de “Cerbero son las sombras”. Sus novelas y cuentos suman una veintena de volúmenes, además de su obra periodística.