Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Cultura | Esto con el fin de conseguir recursos para la construcción de un nuevo museo dedicado al Titanic

Venta de escultura de Rodin desata polémica en Reino Unido

Diversos críticos consideran que la venta ocasionará que las autoridades se desprendan de las colecciones públicas

Por: SUN

LONDRES, INGLATERRA.- El proyecto del Ayuntamiento de Southampton (sur de Inglaterra) de vender varias obras de arte, entre ellas un desnudo escultórico de Rodin, para financiar la construcción de un nuevo museo dedicado al Titanic ha generado una fuerte polémica en medios artísticos del Reino Unido.

Entre los que critican la proyectada operación, que se complementaría con fondos de la Lotería Nacional, está el ex director de la National Gallery of Art y actual ejecutivo de la Royal Academy of Arts londinense, Charles Saumarez.

Los críticos temen que si el Consejo de Museos, Archivos y Bibliotecas, que preside el poeta Andrew Motion, aprueba la venta, sentará un peligroso precedente, ya que animará a otras autoridades municipales a desprenderse de parte de sus colecciones públicas.

"Las directrices de la Asociación de Museos exigen que toda venta de una obra de arte beneficie directamente a la colección de la que se trate, y no parece que éste sea el caso" , declaró Saumarez al dominical The Independent on Sunday.

"Los fondos van a utilizarse para un museo marítimo. No creo que la Lotería Nacional debiera financiar una nueva atracción (turística) que exija la venta de obras importantes del legado cultural" , agregó el experto.

El concejal responsable del Ayuntamiento de Southampton, John Hannides, insistió, sin embargo, en que la construcción del museo del Titanic servirá al mismo tiempo para ampliar la superficie del museo, que tiene una de las mejores colecciones de arte, sobre todo británico, fuera de Londres, pero que sólo puede exponer por falta de espacio 250 de las 3.500 que posee.

La única relación de Southampton con el Titanic es que el mayor transatlántico de su época salió de ese puerto el 10 de abril de 1912 con destino a Nueva York para no regresar jamás.

El buque, construido en unos astilleros de Belfast (Irlanda del Norte) y dotado de la más avanzada tecnología del momento, se hundió en aguas del Atlántico tras chocar con un iceberg en la noche del 14 de abril, catástrofe en la que murieron mil 517 personas, entre pasajeros y miembros de la tripulación.

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