Una viuda negra experimental

GUADALAJARA, JALISCO (08/NOV/2013).- La soledad puede verse representada de diferentes formas; hay quienes la viven como algo pasajero, otros que sufren con ella y algunos más la gozan. La perspectiva depende de la situación en la que se genera este sentimiento. Para una "Viuda negra" es el escape a la liberación, una salida a la represión, un grito que se contuvo por tiempo indefinido, un arrebato que quedó de manifiesto la noche del jueves con un montaje escénico y experimental a cargo de la actriz Karina Hurtado en el sótano del Teatro Guadalajara del IMSS.

En un pequeño espacio, oscuro y tenebroso donde se conjuga la vulnerabilidad de los reunidos y la magia de la artista en escena, las sombras juegan un papel extraordinario, ella, semejanza de la araña más peligrosa, se contorsiona de un lado a otro, un traje de cuero negro se lo permite, el performance apenas comienza, la única luz natural emerge de una veladora encendida al interior de una jaula, las telarañas son el contexto de que la soledad está presente y que la "Viuda negra" quiere hacerse escuchar:

"Nací en la muerte del día, como un arrebato del viento, no fue la sangre, sino la tierra quien me sostuvo, me busco en los espejos... Nada.  Una pequeña  braza de fuego tizne  sobe la arena blanca..."  

La puesta en escena "Viuda negra" de la compañía Luna Morena permite al espectador un acercamiento a los demonios internos, a la exaltación y a la desesperación, a una voz interior, a las relaciones humanas, a la vida misma. Pocos elementos, una mesa, unos tacones rojos, un montón de arena fina y la cabeza de una muñeca vieja, son suficientes para que se propicie una trama en la que se rige el cuerpo como principal herramienta, la música, la caída de agua y la voz de una mujer son parte del sonido ambiental que envuelve a la audiencia en un espectáculo que invita a la introspección.

El laboratorio escénico juega con analogías y simbolismos que invocan al miedo, no al de causar terror, sino al del propio humano cuando tiene que convivir consigo mismo, y donde el texto de Hurtado y Juan José Medina, lo ejemplifica con la viuda negra, un arácnido nocturno y solitario que deambula por los rincones así como la propia soledad.

Este montaje dirigido por Miguel Ángel Gutiérrez que fue concebido desde hace seis años y que se presenta con gran arraigo en el recinto de 16 de Septiembre, estará en exhibición todos los jueves y viernes del mes de noviembre a las 20:30 horas, el cupo es limitado a 50 personas por cada función.

EL INFORMADOR / ENRIQUE ESPARZA