Tusquets, lista para enfrentar los retos tecnológicos

GUADALAJARA, JALISCO.- “Dijimos sí al libro electrónico”, advirtió Beatriz Moura, fundadora de Tusquets Editores. Aseguró que si bien la tecnología ha aportado ciertas comodidades a la sociedad, tampoco “perdamos la cabeza por la tecnología”, en el sentido de que el trabajo que se haga en torno a ella, tiene que ser concienzudo para no afectar a otros (los escritores y sus derechos) y sin dejar de atender el mercado del libro en papel.
“Todavía está virgen eso (el libro electrónico), pero el libro en papel seguirá y los editores en papel seguiremos ahí; hay que adecuarse a un espacio determinado que aún no se sabe qué será”, precisó.

Con éste y otros retos que aún hay por enfrentar -el mantenimiento y mejora de la calidad de los libros editados, un crecimiento continuo con la contratación de profesionales de alto nivel, la mejora en la distribución nacional e internacional y la unificación de almacenes-, Pantaleón Bruguera, director de la editorial desde hace un par de meses, aseguró que en su 40 aniversario Tusquets se encuentra con “una solidez económica ejemplar”, para iniciar 2010 con “mucho entusiasmo, convencidos de que la tendencia a la alta seguirá”.

Independencia continuada

Beatriz de Moura aprovechó la oportunidad para dejar en claro que Tusquets no ha sido adquirida por ninguna otra editorial y sigue en la actualidad el camino que se fincó hace 40 años como una empresa independiente.

“Ha habido una coherencia desde el principio (de la editorial); hemos tenido crisis de distintos tipos, externas e internas, a lo largo del tiempo; pero nos caracteriza un instinto de supervivencia. 40 años después, vemos que el resultado no va nada mal”, puntualizó.

Para saber

Para sumarse a los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución mexicana, Verónica Flores, editora de Tusquets en México, señaló que desde julio de este año se dio el banderazo de salida a una colección de 12 títulos que pretende echar un vistazo en la historia no oficial del país, contando con la participación de importantes plumas.

“La idea es que estas obras tengan un trono crítico, reflexivo y a veces hasta irónico de lo que ha sucedido en el país; es decir, no recurrir a los temas con un tono histórico, sino crítico”.
Se trata de una colección que deja de lado a los símbolos reconocidos de la historia oficial, para reconocer a aquellos cuyos nombres quedaron casi sepultados en el olvido.