Torerías

GUADALAJARA, JALISCO (08/MAY/2010).- La respuesta puede ser compleja. Racionalmente, de carne, huesos, tejidos, músculos y órganos, como el resto de los mortales.

Sin embargo, hay algo más en ellos. Quizá sea una capacidad física superior, incluso mayor aún que los deportistas de alto rendimiento. Por ejemplo, un futbolista, por una lesión muscular, puede tardar en jugar hasta 15 días. En cambio, un torero, si la cornada no reviste gravedad, en ese lapso ya está de vuelta a los ruedos; se han dado casos en los que incluso con suturas o heridas abiertas se enfundan el terno.

Una respuesta torera la dio hace algunos meses Humberto Flores. “Si no toreo, no como”. Esta contestación deja ver que el torero se juega la vida día tras día en muchos sentidos, pues no cuentan con seguridad social, días económicos, incapacidades o sueldos fijos, en contraste con las exuberantes sumas que puede llegar a ganar un futbolista.

Pero también va más allá. Tienen una capacidad de superación física y mental superlativa.
Quizá la conciencia del riesgo y por tanto asumirlo realmente como algo común y corriente dentro de su profesión les haga superarlo en escaso tiempo. Tal vez la necesidad de sentir, de emocionar y emocionarse sea el mejor medicamento y ello permita que los destrozos musculares sanen con mayor rapidez.

Es el caso de José Tomás.Ya se ha hablado hasta la saciedad del tabacazo, pero resulta increíble que después de los destrozos musculares, la abundante pérdida de sangre y estar al borde de la muerte, en menos de una semana ya se encuentre en su casa de Estepona, en España.
Cuántos de nosotros con un golpe menor, una cirugía de poca gravedad, etcétera, en una semana apenas nos reponemos del porrazo y este humano, porque sí lo es, ya dio algunos pasos e incluso cruzó el Atlántico.
Evidentemente, la recuperación será lenta y paso a paso, sobre todo para que las complicaciones de tener un bypass en la femoral no se complique. Realmente, ¿de qué está hecho?.

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