Torerías

Pese a que muchos piensan que los toreros no son humanos, de algo se puede estar seguro, son solidarios. Aunque despacio, ya empieza a aparecer la ayuda taurina para los damnificados de Haití.

El primero en levantar la mano fue el galo Sebastián Castella, quien para ayudar a los damnificados se encerrará con seis toros el próximo 13 de mayo, jueves de la Ascensión, en el Coliseo de Nîmes, como lo afirma el diario El Mundo.

“Hay que hacer causa y fuerza: Haití se está desangrando y lo necesita. Reconstruir aquello requiere de un esfuerzo titánico por parte del mundo moderno, y con esta gesta quiero estar el primero ahí, en primera línea. El planeta de los toros siempre ha sido solidario ante este tipo de tragedias”, asegura Sebastián Castella, quien actualmente está en campaña americana.

Castella también resalta la fecha de la corrida, porque “el jueves de la Ascensión históricamente ha sido muy significativo en el calendario de la temporada en Francia. Siempre han ocurrido cosas importantes. También es, al margen de la solidaridad, una reivindicación del toreo llevada a su máxima expresión, la capital de mi país: París”, pues será en el Senado donde se presente el cartel oficial.

La encerrona, a comienzos de temporada y en una plaza tan importante como Nîmes, es considerada por Sebastián como "una apuesta muy fuerte. Pero pienso que cuando las cosas se hacen con el corazón, tienen que salir bien".

En su página web, Castella también ha emitido un comunicado donde expresa su consternación por la tragedia y es ahí donde da la primicia, además de enfatizar que la totalidad de los ingresos serán para apoyar al pueblo haitiano.

Y aunque la corrida será hasta el próximo 13 de mayo, el galo explica que será dentro de cuatro meses, “porque desgraciadamente, no sólo mientras dure el calor de la noticia, será necesaria nuestra ayuda”.

Allende el mar ya levantaron la mano; acá, ¿quién se apunta?
Por cierto, mi reconocimiento a los hermanos de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos Jalisco, especialmente a Cacho, mi CJ2, ya de vuelta, al ingeniero Fernando y Carlitos Cantero, que aún siguen haciendo lo humanamente posible.

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