Torerías

Hay quien sigue empecinado en asegurar que quien se pone delante de un toro “está cómodo”, que “no hay riesgo”, que “los toritos no hacen daño”. Qué falacia tan grande.

Van dos novilladas del serial en el Nuevo Progreso y en las dos han caído heridos. Primero Alfonso Mateos, hace 15 días y apenas el domingo anterior, Santiago Fausto. Por fortuna, ninguna cornada ha sido de suma gravedad, pero ambos han salido con las carnes partidas.

Son los riesgos de la profesión, claro que sí, incluso, sin esa fatalidad, la Fiesta no tendría esencia, pero de eso a desear ver cada domingo a los toreros heridos dista mucho del buen taurinismo, por un argumento pueril como “están chicos los toros y así no vale, no hacen daño”.

Insisto, el riesgo de la tauromaquia siempre está latente, es un factor implícito y sin él no podría entenderse a cabalidad y es el precio justo a pagar por conseguir la gloria taurina. Hay quienes están dispuestos a mercar el alma por ese idílico fin y hay otros que se la piensan más.

Aquí el fondo es que la presencia y edad de los novillos que salen en Guadalajara, incluso en El Centenario, de Tlaquepaque, no son para cualquiera, incluso para los propios novilleros, pues presentarse en la Perla Tapatía requiere una preparación extra, técnica y mentalmente.

Por eso es imperante que quien asiste a un espectáculo como éste, debe tener conciencia de todo lo que está en juego y no juzgar a la liguera lo poco o mucho, bueno o malo que hacen los toreros.

Se argumenta y con razón, que si pagan por el espectáculo deben exigir, pero esa exigencia debe ser basada en la congruencia y con respeto, por qué no, pues de exigir a faltar al respeto hay una línea muy delgada y es fácil pasarla.

El hecho de que el Nuevo Progreso tenga un alto índice de heridos, incluso varios de gravedad, no es fortuito, es porque lo que se lidia en su ruedo, más allá del comportamiento individual de cada astado, se debe a que la seriedad de la Fiesta aquí no tiene demasiada discusión.

Este domingo la prueba para los novilleros, Hilda Tenorio, el colombiano Fernando Alzate y Sergio Flores, no es menos dura que los domingos anteriores, pues la novillada de San Isidro cumple de sobre y sin exageraciones, con los parámetros de trapío necesarios para lidiarse en una plaza de primera categoría.

De dos novilladas realizadas, van dos novilleros heridos, este domingo, ojalá no se lleve “récord ganador”.

fotografiataurina@yahoo.es