Torerías

La tauromaquia, casi por definición, apareció con el hombre mismo y al paso del tiempo fue evolucionando en muchos ámbitos hasta llegar a la sublimación que hoy se tiene. Sin embargo, ese proceso evolutivo en algunos aspectos se ha estancado, concretamente en la forma de anunciar los festejos taurinos.

Algunos empresarios, en México, argumentan que prácticamente resulta inviable hacer "nuevos carteles", con mayor diseño, colores, imágenes e incluso formatos, pues ello eleva de manera considerable los costos, por lo que invariablemente se recurre a los machotes de los años 60 hechos por la ya legendaria Imprenta Monterrey, con más de 80 años en el ramo.

Podría validarse esa respuesta, teniendo en cuenta que lo único que varía es el nombre de plazas, toros, toreros y fechas, pero a cambio de ese "ahorro" se sacrifica una importante cantera de nuevos creadores y visiones que, en cierta forma, podrían volver a atraer las miradas hacia el cartel taurino.

La publicidad taurina, en cualquier vertiente, ha sufrido menos evolución, incluso inferior al traje de luces que hoy se conoce, por una sencilla razón, una visión miope de lo que en realidad significa.

En una lógica casi matemática, si a una persona poco familiarizada con la fiesta se le presenta un cartel con una imagen taurina, pero que resulta poco atrayente, el resultado es un interés o atracción bajos. Si a ese espectador potencial se le resta edad, el efecto es aún más devastador.

Si en esta era, en pleno siglo XXI, se siguen haciendo carteles como en el siglo pasado, será sumamente difícil que las nuevas generaciones encuentren en la fiesta un atractivo, tanto en el ruedo como en la cultura que de él se desprende.

Sería grato ver que como un apoyo a la fiesta, las autoridades municipales impulsaran para la próxima temporada 2009 un concurso de cartelería taurina en la que se invitara no solo a los artistas plásticos locales, sino a estudiantes de diseño, pintura, fotografía y la propia gente común, y como premio, la difusión de su obra, si no en todo el ciclo, sí en los festejos de postín.

Eso podría ayudar en algo a que la fiesta vuelva a tomar un segundo aire, renovando la imagen impresa que aún persiste y que de tan añeja se está volviendo rancia.

f otografiataurina@yahoo.es