‘‘Todo se vale’’ para José Emilio Pacheco

GUADALAJARA, JALISCO.- “Tenía miedo de que me hicieran preguntas políticas, no quiero hablar de política, porque no quiero encender odio, estoy aterrado porque la situación actual de México es extraordinariamente parecida a lo que pasaba en España en julio de 1933, no sé en qué forma se puede desmovilizar toda esta ola de violencia y de odio”, dijo José Emilio Pacheco, Premio Reina Sofía de Poesía 2009, minutos antes de concluir su encuentro con los medios en el marco de la Feria Internacional del Libro.

Así, la charla que se anticipó al homenaje que se le rindió en el Auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara, con la presencia de Darío Jaramillo, Vicente Quirarte, Marcelo Uribe, Tamara Kamenszain y Jorge Esquinca, poco tuvo que ver con la temática y se centró -entre otras cosas- en lo que ha vivido en los últimos meses, convirtiéndose en una suerte de rockstar de las letras, deambulando de un lado a otro con entrevistas por doquier.

“No he parado desde mayo; no estoy acostumbrado a las cámaras. He escrito nada desde que empecé. No quisiera decir una cosa dramática, que vine a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara y no me volverán a ver”, advirtió el escritor y aseguró al mismo tiempo que una vez que esto termine, se dejará “seducir por el descanso”.

Y es que no obstante la larga trayectoria del poeta, motivo justamente de homenajes en este año, pocas veces se le ve “del tingo al tango”, derrochando fragmentos de la historia de su vida, y en los últimos meses no ha hecho otra cosa.

“Tengo que tomarme un descanso, esta atención que me dan es maravillosa, pero hay que dársela a los escritores jóvenes, yo ya no puedo más. Yo que no doy entrevistas, he dado como mil por semana, si voy a seguir en este plan voy a tener que inventarme una biografía y echar mentiras para no aburrirlos a ustedes. Me pone ante las cámaras (este homenaje) y me obliga a refutarme de una manera muy dolorosa; sigo creyendo en el anonimato, pero ya entras en una dinámica en la que no puedes decir no. Alguien podría pararse en este momento y decir ‘muchas gracias por el homenaje, pero a mí no me gusta’. (Pero) estoy muy agradecido también”, advirtió el autor de No me preguntes cómo pasa el tiempo.

Algunos consejos

Ya que en medio de todo el alboroto en torno a José Emilio Pacheco, se ha programado un encuentro con mil jóvenes, el autor de Morirás lejos dio algunos consejos a los noveles escritores, enfatizando que lo principal es escribir y leer.

Pero también señaló como algo de vital importancia, el hecho de “no hacer caso a lo que está prohibido”, como lo hizo él a principios de la década de los 70, cuando se animó a escribir una novela de corte histórico.

“Todo es válido, no hay antes, lo único que existe es este momento”, agregó el autor, un convencido de que la literatura es un arma fundamental para cambiar a los individuos, aunque no tenga alcances en la colectividad y menos aún en los problemas de odio, violencia y crueldad que infecta al mundo.

Recomendó también que los escritores jóvenes tengan una vocación “hormiguita” y a definir con prontitud qué tipo de autores quieren ser, pues destacó que los escritores y los famosos no son lo mismo.

La sorpresa

“Les juro que jamás pensé que llegaría a escribir un libro de 800 páginas, debo haber sido muy fecundo, pero no, la nota triste es que lo que pasa es que es muchísimo tiempo, 800 páginas entre 50 años, salen no más de 14 páginas por año”, advirtió el poeta y narrador al referirse a la obra recién publicada por el Fondo de Cultura Económica y en la que se reúne prácticamente la totalidad de su obra a lo largo de cinco décadas.

“Es un shock, de verdad, es muy bonito sentir este peso, pero no me atrevo a leer”, dijo con humor el homenajeado del año.

José Emilio Pacheco señaló que todavía hay una infinidad de obras que permanecen “engavetadas” y en las que seguramente trabajará en los próximos años, pues está convencido de que antes de morir se dará a la tarea de quemar todo, para que nadie pueda sacar a la luz lo que él desde un principio decidió ocultar.

Entre estas obras guardadas, explicó que tiene una novela con el tema de la Independencia de México que no trabajará en los próximos años, pues con los festejos en puerta podría parecer un oportunista.
La ruleta poética

Como si se tratase de una ruleta rusa, se realizó el homenaje que la Feria Internacional del Libro organizó en torno a José Emilio Pacheco. Fue Mario Uribe, editor del autor, el encargado de coordinar la mesa en la que coincidieron Darío Jaramillo, Vicente Quirarte, Tamara Kamenszain y Jorge Esquinca, quienes a diestra y siniestra sorprendieron a los asistentes con algunos poemas del multifacético escritor.

Antes de comenzar, ola directora de la FIL, Nubia Macías, dio la bienvenida a Pacheco, quien se entretuvo hasta llegar al escenario, asediado por sus admiradores con cámara en mano.

“Esta Feria se ha querido sumar a los muchos y más que merecidos homenajes a nuestro querido José Emilio Pacheco, es uno de los autores que más nos ha acompañado a la Feria Internacional del Libro”.

Después, permitiéndole a José Emilio Pacheco tomar la palabra cuando lo considerara pertinente, comenzó la ruleta poética, acompañada por un paseo a través de la memoria y los tiempos que han marcado la obra del autor.

En este sentido, Uribe resaltó que la obra de José Emilio Pacheco, “ha sido testigo de las partes más duras de un siglo, en guerras, destrucción; ha sido testigo, como han visto en algunos de los poemas, pero al mismo tiempo ha asumido la poesía como una celebración”.

Mil jóvenes leen Las batallas en el desierto / Martes, 17:30 horas / Auditorio Juan Rulfo