Subastan retrato de la amante de Lucian Freud

LONDRES, INGLATERRA (19/ENE/2016).- La casa de subastas Sotheby's pondrá a disposición del público el retrato que el pintor contemporáneo británico Lucian Freud hizo de su joven amante embarazada y que está valorado en hasta 10 millones de libras (13 millones de euros).

El próximo 10 de febrero en Londres se pondrá a la venta por primera vez a golpe de martillo está peculiar pieza titulada "Pregnant Girl", según informó en un comunicado Sotheby's.

La pintura, que muestra desnuda a su amante mientras duerme bajo una fuerte e intensa luz, forma parte de la serie de retratos figurativos en los que el británico se especializó tras la Segunda Guerra Mundial y que se caracterizan por una remarcada expresividad.

Entre diferentes tonalidades de colores grisáceos, tierra y añiles, aparece el cuerpo de Bernadine Coverley, una irlandesa que se encontró con Freud por primera vez en un bar en el barrio londinense de Soho en 1959 cuando solo tenía dieciséis años.

Cautivado por su espíritu libre, el artista nacido en Berlín plasmó la belleza de su amante a principios de 1960 en el estudio que tenía en la ciudad del Támesis.

La obra aporta información sobre la faceta amorosa de Freud, de quien se sabe que tuvo varias amantes y que, para cuando conoció a Coverley, ya se había casado dos veces y había tenido varios hijos.

Con la irlandesa, que era veinte años más joven que él, el pintor tuvo dos hijas, Bella y Esther, a las que retrató en varias ocasiones a pesar de no estar presente en su infancia.

Bella Freud, a la que el pintor contemporáneo dibujó en 1961 ("Baby on a Green Sofa"), destacó que la obra a subasta debió ser un "momento feliz" para su madre al estar "embarazada del hombre al que amaba": "fue sin duda el amor de su vida".

La otra hija del artista, Esther Freud, dejó constancia de la vida bohemia que sus padres vivieron en Marrakesh en la novela "Hideous Kinky" (1992), que en 1998 se convertiría en una película protagonizada por la actriz británica Kate Winslet.

Freud, fallecido en 2011, dejó atrás sus primeras pinturas surrealistas para dejar pasó a unos retratos, a menudo desnudos, con colores neutros.