“Si no se habla de tribus aisladas, no se les protege”

GUADALAJARA, JALISCO (25/SEP/2011).- José Carlos Meirelles es ingeniero, pero diversos avatares le llevaron al indigenismo. Tras dirigir la Fundación Nacional del Indio (Funai), asesora al Gobierno del Estado de Acre. Hace 20 años se fue a vivir a una zona próxima a la de una comunidad aislada. Desde ese lugar, él y otros investigadores realizan un seguimiento respetuoso de la tribu vecina, sin acercarse ni interferir en ella. “Saben que los observamos y tienen muestras de que nuestra misión es pacífica. Si ellos quieren, estamos a su disposición. Si no, no intervendremos”, dice. Esas son las reglas.

Defiende una causa apasionante pero compleja: hacer visibles a pueblos que quieren permanecer en la invisibilidad. ¿No es paradójico?

Sin duda, lo mejor para estos pueblos es que no se hable de ellos y preservar así su tipo de vida. Pero el silencio los colocaba a merced de cualquier atropello. Y en una sociedad que cree en la imagen merecía la pena sacar su realidad a la luz y hacer presión, teniendo en cuenta la situación en la Amazonia.

— ¿Se han planteado la posibilidad de preguntarles si quieren que se conozca su existencia?

— No se les ha pedido permiso, pero era necesario probar su existencia. Le doy un ejemplo: hace tres años, el presidente peruano Alan García aseguraba que no había ya pueblos aislados, que eran teorías de indigenistas locos. Se hizo una exposición y ya nadie lo niega. Brasil, por ejemplo, admite su existencia de forma oficial. Es un avance.

— ¿Hasta qué punto están completamente aislados?

— Nos conocen desde 1905, cuando llegaron las empresas del caucho. Un contacto a través del conflicto: vieron que había gente que quería algo de ellos e incluso que les mataban. Saben, por tanto, que hay otros modos de vida. Pero no necesitan incorporarse al llamado progreso tecnológico. ¿Un móvil? Para nada. ¿Medicamentos? Estoy seguro de que están sanos.

— ¿Su supervivencia corre peligro?

— Sus tierras son codiciadas por la industria maderera, las empresas petroleras o la minería del oro… Para encontrar oro se utilizan productos como el mercurio, que contamina los ríos y el pescado. Son vulnerables.

— Además de las tribus americanas, ¿han registrado pueblos aislados en otros continentes?

— Fuera de América hay en India y en Papúa Nueva Guinea. La Funai se ocupa de contabilizarlos y protegerlos.

— ¿Qué tienen en común, al margen de las diferencias geográficas y culturales?

 — Algunos grupos son agricultores y cultivan patatas, yuca, cacahuetes, bananas… Otros son cazadores y recolectores. Son sociedades igualitarias, se esfuerzan en ser iguales que el otro, no mejores.

— ¿Qué valor ambiental tiene para el planeta su pervivencia?

— Al protegerlos, se preserva una gran superficie de la Amazonia ambiental, precisamente porque ellos no pueden vivir en otro entorno. Pero, además, su forma de vida es parte de la diversidad humana. Nos recuerdan que se puede vivir de otra manera.

El País