Sábado, 23 de Noviembre 2024
Cultura | La Conaculta recordó el galardón obtenido por el poeta y ensayista mexicano

Se cumplen 23 años del Premio Nobel de Literatura a Octavio Paz

La Conaculta recordó el galardón obtenido por el poeta y ensayista mexicano

Por: NTX

Al recibir la noticia, Octavio Paz mencionó que su mejor premio había sido tener lectores. ARCHIVO /

Al recibir la noticia, Octavio Paz mencionó que su mejor premio había sido tener lectores. ARCHIVO /

CIUDAD DE MÉXICO (11/OCT/2013).- El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ( Conaculta) recordó que hoy, hace 23 años, el poeta y ensayista mexicano Octavio Paz (1914-1998) se hizo acreedor al Premio Nobel de Literatura 1990.

La institución subrayó que la Academia Sueca otorgó el galardón a Octavio Paz por "su escritura apasionada y de amplios horizontes, caracterizada por la inteligencia sensorial y la integridad humanística", en anuncio realizado el 11 de octubre de 1990.

Otra de las razones por las que reconoció a Paz, quien a sus 76 años seguía siendo un hombre activo como escritor y crítico, fue "porque mira al mundo como si lo pronunciará. Su poesía consiste, en gran medida, de la escritura con y sobre las palabras. Se trata de exquisita poesía amorosa, sensual y visual al mismo tiempo", destacó el Conaculta, mediante un comunicado.

Ejemplo de ello son sus textos de poesía, teatro y ensayo, en las que el escritor se vuelve hacia su interior de una nueva forma, obras como "Semillas para un himno" y la pieza de teatro "La hija de Rappaccini" (ambas de 1954), "Las peras del olmo" (1957), "Salamandra" (1962), "Cuadrivio" (1965), entre otras.

Tras conocer la noticia, el autor de "El laberinto de la soledad" (1950) expresó su alegría desde Nueva York por la distinción, después de reconocer que su mejor premio había sido tener lectores.

De acuerdo con declaraciones del reportero del diario "El País", Albert Montagut, retomadas por el Conaculta, la primera reacción de Octavio Paz fue calificar la noticia como "una gran sorpresa, una gran alegría, y una profunda emoción; no me lo esperaba".

Agregó que Paz, tras contestar todas las preguntas en castellano, inglés y francés, aseguró que el premio no cambiaría su persona sino que lo obligaba a seguir escribiendo, pues "la fama es peligrosa y hay que luchar contra ella con ironía".

En cuanto a la obtención de premios en la literatura en lengua castellana, el Premio Nobel concedido a Paz representó el segundo para la literatura en lengua castellana, ya que el primero fue para el español Camilo José Cela en 1989.

Los actos oficiales de la ceremonia de entrega comenzaron con una recepción en el Grand Hotel el 8 de diciembre de 1990, liderados por el entonces embajador de México en Suecia, Agustín García-López.

El discurso de presentación del galardonado estuvo a cargo del poeta, novelista e historiador literario Kjell Espmark, quien elogió a Octavio Paz por su escritura, su pasión, su integridad y por reflejar en toda su obra el amor por su lenguaje.

En su turno, Octavio Paz, quien contaba con 48 minutos para leer su discurso que tituló "La búsqueda del presente", destacó sus influencias y motivaciones para escribir, así como la diferencia entre la literatura latinoamericana con la angloamericana y habló también sobre el concepto de la modernidad.

Abrió su discurso con la explicación del significado de la palabra gracias, de la que apuntó: "la gracia es gratuita, es un don; aquel que lo recibe, el agraciado, si no es un mal nacido, lo agradece: da las gracias. Es lo que yo hago ahora con estas palabras de poco peso".

Y agregó: "Espero que mi emoción compense su levedad. Si cada una fuese una gota de agua, ustedes podrían ver, a través de ellas, lo que siento: gratitud, reconocimiento, una mezcla de temor, respeto y sorpresa al verme ante ustedes, en este recinto que es, simultáneamente, el hogar de las letras suecas y la casa de la literatura universal".

Acerca de lo que representaba para él ser un escritor mexicano, comentó: "Significa oír lo que nos dice el presente", mientras que en su discurso también ofreció una muestra de sus recuerdos más antiguos de cuando era niño y de lo que hizo para crear lazos con el mundo al destacar que vivía en un pueblo de las afueras de la ciudad de México, "en una vieja casa ruinosa con un jardín selvático y una gran habitación llena de libros".

Sus principales concurrencias fueron el jardín y la biblioteca en caverna encantada, donde jugaba con sus primos y compañeros de la escuela, "primeros juegos, primeros aprendizajes".

"Los libros de estampas, particularmente los de historia, hojeados con avidez, nos proveían de imágenes: desiertos y selvas, palacios y cabañas, guerreros y princesas, mendigos y monarcas".

"El mundo era ilimitado y, no obstante, siempre al alcance de la mano; el tiempo era una substancia maleable y un presente sin fisuras".

En cuanto a lo que representó para él la modernidad, refirió que "es un término equívoco cuyo significado es incierto y arbitrario, como el del período que la precede, la Edad Media".

Asimismo, dejó ver que la modernidad le creaba confusión y que su caso no era el único ya que "todos los poetas de nuestra época, desde el periodo simbolista, fascinados por esa figura a un tiempo magnética y elusiva, han corrido tras ella".

Nombró a Charles Baudelaire (1821-1867) como principal ejemplo de ello y como el primero que logró tocarla y descubrir "que no es sino tiempo que se deshace entre las manos".

Al finalizar su discurso, el rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, lo condecoró con la medalla, el diploma y un premio de 700 mil dólares, que lo acreditaron como el primer mexicano en recibir el Premio Nobel de Literatura.

Por su parte, Xavier Moret, autor de la nota "Octavio Paz pronuncia hoy el discurso del Nobel" publicada en el periódico "El País", narró que un grupo de mariachis y raciones generosas de tequila, tacos y guacamole pusieron el acento mexicano en dicha recepción.

Además, mencionó que Octavio Paz llegó acompañado de un séquito de 19 personas, entre los que figuró el ex presidente de México, Miguel de la Madrid (1934- 2012), en el sexenio 1982-1988.

Octavio Paz Lozano nació en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914. Entre sus obras destacan "Puertas al campo" (1966), "El signo y el garabato" (1973), "Pasado en claro" (1975), "Poemas y El ogro filantrópico" (1979), entre otras.

Fue distinguido con diversos galardones, entre los que figuran el Premio Internacional de Poesía (1963), el Premio Jerusalén de Literatura (1977), el Premio Gran Águila de Oro del Festival Internacional del Libro (1979) y el Premio Miguel de Cervantes (1981), de acuerdo con información publicada en el portal www.sep.gob.mx.

Además del Premio Internacional "Alfonso Reyes" (1986) y la Medalla Picasso (1987), otorgada por la UNESCO, fue reconocido con la Cruz de la Legión de Honor de Francia (1994). Murió el 19 de abril de 1998.

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