GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2016).- Rosa Montero no se anda con medias tintas. La autora española no se censura ni permite que sus personajes se censuren. Es por ello que “La Carne” —libro con el cual llega a la FIL— representa para la escritora española la obra que la expone como una autora más madura, teniendo como protagonista a “Soledad”, una intelectual curadora de arte a punto de cumplir 60 años y que, al verse enfrentada a un arranque de celos, opta por contratar a un apuesto joven que, sin saberlo, la arrastra a un abismo turbio que la encara con el paso del tiempo, la vida, la muerte y los fracasos.“‘La carne’ es una intriga, tiene una gran suspenso, no es una novela policiaca, pero tiene mucho suspenso. Es importante que no se sepa que va pasando, pido a los lectores que no destripen la novela, se estropea el misterio si dicen a otros lectores qué pasa. Tengo la soberbia de creer que es una novela original, poco convencional”.Uno de los rasgos más representativos de “La carne” es el toque y eje erótico que Rosa Montero, a través de las aventuras íntimas que “Soledad”, rememora tomando como punto de partida la pieza de “Tristán e Isolda” de Wagner y que representó una fuerte unión en su fallida relación con su ex amante “Mario”, un guapo cuarentón a punto de ser padre y que ahora disfruta la obra de Wagner en compañía de su esposa.“Tristán e Isolda ha sido eróticamente importante para ellos; y ahora se siente traicionada. En el despecho, los seres humanos nos volvemos niños, siempre que nos enamoramos volvemos a ser niños. A pesar de que Soledad es una mujer culta, madura, de repente se le ciega la pasión, contrata a un gigoló para causar celos a Mario. Eso ocasiona un suceso violento, inesperado”.Aunque la novela de Rosa Montero apuesta por la ficción y drama al extremo, la autora señala que no todo en su historia es inventado, pues algunos personajes existen, e incluso, la trama se inspira de una mujer que realmente contrató a un gigoló, pero puntualiza que nada de ella se ve reflejada en sus páginas, pese a que Rosa Montero, como escritora figura en un par de páginas a petición de su protagonista: “No me gusta la literatura autobiográfica. Lo que es más interesante es poder inventar otras historias”.