GUADALAJARA, JALISCO (20/AGO/2016).- Por un mes, la artista tapatía Renata Petersen convirtió una parte del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA) en su taller. Trabajó por horas mientras las paredes del edificio eran testigos silentes y los espectadores entablaban diálogos espontáneos al conocer su labor, e incluso influir en ella, lo que dejó un “residuo” que ahora se transforma en la exposición “Topografía de una conversación”.Mediante la combinación de diálogo y trabajo, y con la intención de romper la “barrera” entre el espectador y el artista, Renata logró culminar su trabajo, que ahora forma parte de su exposición, que compila una serie de fotografías, dibujos e instalaciones que giran en torno a la idea de convertir en arte la interacción entre ambos personajes.“Fue un trabajo súper pesado, porque no sólo era la chamba, también fue un conversatorio, y tienes que hacer las dos cosas al mismo tiempo, y luego eran horas nocturnas. Terminé amando al museo como si fuera mi casa”, mencionó la joven tapatía, quien laboró en el MUSA gracias al programa “Artistas en residencia”.En el proceso de creación de esta exposición, que se estará exhibiendo en el Museo de las Artes hasta el 18 de septiembre, esta joven abordó la idea de concentrar a los espectadores en puntos de reunión para emular una comida, y tomar los residuos del encuentro e interpretar la comunicación que existió en ese momento.Aunque el diálogo con los espectadores fue efímero, Renata se concentró en la organización de encuentros donde la comida fuera un factor determinante, pues los residuos de los encuentros, como manchas de vino o mole, se convirtieron en expresiones de los comensales que capturan el momento en el que ocurrió el suceso y lo eterniza.“Todo esto se creó gracias a que los visitantes del MUSA me dieron la oportunidad de generar un diálogo”, agrega Renata.La artista tapatía explicó que durante los días de residencia intentó llegar antes de que el edificio abriera las puertas al espectador para elaborar algunas piezas que requerían concentración, no obstante, con la llegada de los visitantes, el proceso se convertía en una plática, crítica y colaboración para finalizar “Topografía de una conversación”.Romper la barrera con el espectadorEsta joven artista tapatía relata que en ocasiones los espectadores se acercaban tímidamente a ver cómo trabajaba. Renata asegura que los adultos mayores eran quienes tenían más dudas y a través del diálogo les explicaba su estilo y los resultados que esperaba de la exposición.“Nutren mucho las opiniones tan crudas, como no te conocen les da igual y te dicen las cosas como son”.Para Renata, es necesario replicar este tipo de ejercicios que involucra al artista y al espectador, pues considera que estas acciones pueden ser un método para generar conocimiento concreto y fundado para ambas partes.“Casi siempre cuando hablas lo haces a partir de la experiencia de alguien más. Casi nadie habla de su experiencia. Para mí era muy importante rescatar eso para generar un diálogo que fuera muy honesto y siento que hace falta generar diálogo de una manera honesta y sin prejuicios”.PERFIL Una artista en crecimientoRenata Petersen nació en Guadalajara, hace 22 años. Se encuentra en la última etapa de su carrera en Artes Plásticas y Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y Visuales “La Esmeralda”. También participó por un año en la Academia de Arte de Florencia, Italia, donde aprendió métodos tradicionales en técnicas de grabado, pintura y escultura en mármol.
