Rescatan pinturas de dos mil años de antigüedad

CIUDAD DE MÉXICO (31/MAY/2012).- Tres paneles de pintura rupestre, que se estima tienen una antigüedad de dos mil años, localizados en el estado de Hidalgo, reciben tratamiento de conservación por parte de restauradores del INAH, quienes han logrando que ya sean visibles las representaciones esquemáticas, de los remotos habitantes de la región.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el trabajo hecho por especialistas, lleva un 80 por ciento de avance, luego de que las imágenes antropomorfas fueron trasladadas a los talleres de restauración de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), en la Ciudad de México.

A finales del año pasado, se decidió que las pinturas debían resguardarse en la CNCPC, luego de que los especialistas se percataron de que las pinturas corrían el riesgo de perderse, ante la ampliación de la presa "El Yathé", en el municipio de Alfajayucan, Hidalgo.

En los paneles, de grandes secciones de roca basáltica, con dimensiones que oscilan entre 1.40 metros de ancho y un metro de largo, están plasmadas diversas figuras antropomorfas sencillas en color rojo.

Presentaban alteraciones provocadas por su exposición a la intemperie, como capas de ennegrecimiento mineral y de concreciones, así como velos salinos, que impedían observar la superficie pictórica.

El arqueólogo Alfonso Torres, del Centro INAH de Hidalgo, ha estudiado distintos sitios de pintura rupestre en la entidad, y señaló que la procedente de "El Yahthé", podría tener una antigüedad mayor a las registradas en municipios cercanos.

Entre ellos mencionó a Huichapan y Tecozautla y se deduce que por su estilo pudieron haberse plasmado a principios de nuestra Era, aunque hace falta corroborarlo mediante estudios.

Por su parte, la restauradora Sandra Cruz Flores mencionó que tras el exitoso rescate de las pinturas rupestres, ahora se encuentran bajo trabajo de conservación, estabilización y montaje, con posibilidades de ser expuestas al público.

En el proceso, la primera tarea fue eliminar las capas de protección previas y se estabilizaron materialmente los conjuntos pétreos, ya que se trataba de rocas estratificadas por su propio origen.

Las lajas se unieron con resinas sintéticas para formar bloques mayores que luego se ensamblaron para lograr el conjunto de pintura rupestre, explicó Cruz Flores.

El restaurador Gabriel Severiano añadió que las piedras se reforzaron con una capa de velado adherida con materiales reversibles, así como con pernos de distintos calibres.

Posteriormente, a fin de restituir la capacidad de visualización de las pinturas rupestres, se eliminaron las capas de sales y minerales, de manera que ahora es posible apreciar las representaciones de individuos y algunos trazos geométricos.

Se prevé que la intervención finalice el próximo mes, para después montar las rocas en una estructura de acero inoxidable, que permita su manejo y exhibición, en exposiciones temporales o de forma permanente en un museo, entre ellos el arqueológico del municipio de Huichapan.

El soporte se integra de un cincho que rodea la piedra con refuerzos posteriores y argollas, así como una serie de pernos, lo cual confiere mayor estabilidad y solidez al conjunto de estratos pétreos, funcionado así como un sistema de sujeción.

El restaurador Gabriel Severiano dijo que también mediante el uso de pastas de resane, se reponen faltantes y resanan algunas zonas, y se da un acabado similar a la roca.

El restaurador Rogelio Rivero Chong, responsable de CNCPC, indicó que el rescate y conservación de los conjuntos rupestres de "El Yathé", se inserta en el programa creado en 2011 por el INAH, su objetivo es atender integral y sistemáticamente, algunas de las manifestaciones gráfico-rupestres de México.

Ante el peligro que corría el gráfico rupestre por la expansión de la presa "El Yathé", se realizó el salvamento, en 2009 se registraron los tres paneles por el INAH, el centro del instituto en Hidalgo y la CNCPC, posteriormente se signó un convenio con la Comisión Nacional del Agua y la constructora de la obra.

Para proceder el rescate se hizo un registro detallado de los conjuntos para poder identificar la técnica pictórica empleada, los pigmentos y demás materiales usados en su elaboración, que también permitiría realizar análisis de fechamiento que brinden su datación precisa.

El restaurador Gabriel Severino Flores detalló que antes de efectuar la separación de los paneles, se realizó una limpieza general para retirar el polvo y materiales sueltos en superficie para poder fijar los estratos de la piedra.

A fin de obtener placas de piedra de un gros promedio de 10 a 15 centímetros, las secciones con pintura se protegieron con un velado, empleando medios acuosos y varias capas de materiales fijativos y de sostén, además de una malla especial de soporte, también se dispuso una capa impermeable y pernos para brindar rigidez.

El peso de la roca estaba soportado con estructuras metálicas especialmente diseñada para cada uno de los fragmentos.

El primer conjunto está compuesto por lajas superpuestas, para el cual se realizó un molde en negativo para desprenderlas una a una, en los otros dos se colocó una protección y un soporte rígidos para que las vibraciones de la maniobra no afectaran los estratos.