Recuerdan a defensor de la libertad de expresión

CIUDAD DE MÉXICO (09/JUL/2011).- Como un incansable defensor de la libertad de expresión fue recordado por la publicación en Internet 'Libertad digital' al escritor estadounidense Saul Bellow, quien nació en Canadá el 10 de julio de 1915.

En el artículo de opinión 'El islam y lo sagrado', su autora, Cristina Losada, recuerda las palabras del Premio Nobel de Literatura 1976: "No podemos abrir la boca sin que se nos denuncie como racistas, misóginos, supremacistas, imperialistas o fascistas".

Asimismo, "en cuanto a los medios, están dispuestos a descalificar al que así sea designado", recuerda el texto.

El escritor estadounidense de origen judío, quien fuera ganador del Premio Pullitzer en 1976, por su novela "El legado de Humboldt", y tres meses después laureado con el Premio Nobel de Literatura, nació en Lachine, Quebec.

Se mudó junto con su familia a Chicago, Illinois, a los nueve años. Estudió literatura inglesa en la universidad de la misma ciudad, pero luego abandonó sus estudios para ingresar en la Universidad Northwestern, donde se licenció en Antropología y Sociología.

Su primer novela fue "Hombre en suspenso" (1941), a la que le siguieron "La víctima" (1947), "Carpe Diem" (1956), "El legado de Humboldt" (1975), "Las aventuras de Augie March" (1953) y "Herzog" (1964) entre otras.

"El legado de Humboldt" narra la vida de 'Charlie Citrine', escritor que vive de sus éxitos pasados, y de 'Humboldt von Fleischer', una promesa de la literatura.

Tras la muerte del segundo, sin pena ni gloria, 'Citrine' ve en él el modelo a seguir para extinguir sus temores como escritor.

La novela de Saul Bellow es considerada por la crítica como un referente dentro del grupo de escritores estadounidenses de religión judía de la segunda mitad del siglo XX, debido a su análisis y capacidad para describir la sociedad contemporánea.

De igual forma, los críticos consideran que su novela es difícil de describir, ya que sus tramas son imposibles de reducir a una historia sencilla y se le tiene a la altura de escritores como Ernest Hemingway, William Faulkner o Mark Twain.

Las influencias de Bellow se acercaron más a los postulados de Carlos Marx, Albert Einstein y Sigmund Freud, así como a las obras de teatro de William Shakespeare.

Sus últimas obras fueron "Todo cuenta. Del pasado remoto al futuro incierto" (2005), "Cuentos reunidos" (2003), "La verdadera" (2000) y "Ravelstein" (2000).

Durante un programa de televisión, Bellow declaró: "Hay momentos a lo largo del día en que me siento como si ya estuviera contemplando mi vida pasada desde el Más Allá". Saul Bellow murió el 5 de abril de 2005 Brookline, Massachusetts.