Recordarán a Pancho Villa a 87 años de su muerte

CIUDAD DE MÉXICO (08/JUN/2010).- Comandante de la División del Norte, caudillo de Chihuahua, cuya memoria se honra a 87 años de su muerte, Francisco Villa será recordado mañana en el Círculo de estudio Brújula Metropolitana, con una charla que ofrecerá la historiadora Edna María Orozco.

Bajo el título 'El asesinato de Villa: muere el hombre, nace la leyenda', la investigadora y experta en el periodo revolucionario remontará a su auditorio al 20 de julio de 1923, cuando 'Pancho Villa' fue emboscado en el momento en que se dirigía a Parral, Chihuahua.

Dicen que iba a ver a una de sus mujeres o que iba a una fiesta familiar. Cuentan también que llevaba una bolsa con mil pesos de plata, para la raya de su gente, y una sandía. Junto a él iba su secretario el coronel Trillo y atrás, su asistente Daniel Tamayo y sus escoltas Rafael Medrano, Ramón Contreras y Claro Hurtado.

'Estaba de buen humor. Iba manejando él mismo el coche y bromeando con su secretario y sus guardaespaldas. Al llegar a la esquina de Juárez y Barreda (en Parral), un hombre que estaba ahí parado levantó la mano para saludarlo y exclamar: íViva Villa!, el viejo grito de guerra de la División del Norte', dijo la historiadora.

'Villa ignoraba que el grito que tantas veces lo había saludado en la batalla, esta vez anunciaba su muerte', explica la también fundadora y ex directora del Museo Nacional de la Revolución.

Tiempo antes de morir, ya retirado de la milicia desde 1920, Villa se dedicó a administrar la Hacienda de Canutillo, Durango, y se fue a vivir a Hidalgo del Parral (en el estado de Chihuahua) para pasar el resto de su vida. Según sus propias palabras comentaba con frecuencia 'Parral me gusta hasta pa´ morirme'.

José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como 'Pancho' Villa, nació en Durango el 5 de junio de 1878.

Tras cometer un asesinato producto de una venganza, Francisco Villa permaneció prófugo de la justicia y posteriormente formó parte de una banda de asaltantes.

Tras la muerte del jefe de la banda, Doroteo Arango asumió el liderazgo y cambió su nombre por el de Francisco Villa. Bajo ese apodo inició una causa social que lo llevó a ser considerado como uno de los principales líderes y generales de la Revolución Mexicana entre 1911 y 1920, fecha en la que se retiró para administrar la Hacienda de Canutillo.