Presentará FIL la tradición de contar historias en filandones

GUADALAJARA,JALISCO.- Los filandones eran reuniones en torno al fuego en las gélidas noches del largo invierno leonés, en el noroeste de España, en los que los vecinos se contaban historias cortas, fruto de la tradición oral.  

La Junta de Castilla y León revivirá en Guadalajara esta tradición en la voz de Juan Pedro Aparicio, Luis Mateo Díez y José María Merino, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL), el próximo 2 de diciembre, en Expo Guadalajara.  

Estos tres sobresalientes escritores del actual panorama literario español, unirán su imaginación literaria y extraordinaria capacidad narrativa, luego de que los filandones también formarán parte del programa Ecos de la FIL de Guadalajara 2009.  

El grato intercambio de historias, que estos tres autores despliegan con sutileza y magistral expresividad, ha deleitado ya al público de distintas ciudades españolas y americanas, como la ciudad de México o Nueva York, y ha logrado siempre contagiar su entusiasmo y la fuerza de sus narraciones.  

Juan Pedro Aparicio nació en León, España, en 1941. Estudió Derecho en Oviedo y Madrid. También realizó cursos de periodismo en la Antigua Escuela Oficial. Al terminar su carrera universitaria pasó un breve periodo en Londres, donde fungió como director del Instituto Cervantes.  

En Madrid, Aparicio se especializó en comercio exterior, como funcionario de una empresa de alimentación, en la cual ha transcurrido su vida profesional. Entre los años 60 y 70 afianzó su vocación literaria.  

A finales de los setenta, junto a los escritores Luis Mateo Díez y José María Merino, creó un apócrifo colectivo llamado Sabino Ordás, que representa la tradición cultural liberal perdida tras el exilio republicano.  

Era para dar voz a una forma de hacer novela que reniega del experimentalismo en boga y reivindica lo lúdico, lo imaginario y lo local como cauce a lo universal.  

Publicó su primer libro, El origen del mono y otros relatos, en 1975 y más tarde incursionó en la escritura de novela larga, con Lo que es del César (1981).   

En 1988, la concesión del Premio Nadal, por Retratos de ambigú, consolidó de manera definitiva su reconocimiento literario.  

En tanto, Luis Mateo Díez Rodríguez  nació en Villablino, León, en 1942. Es escritor y académico. Estudió licenciatura en Derecho, y es funcionario del Ayuntamiento de Madrid. Fundó en la década de los sesenta la revista Claraboya, junto a otros escritores leoneses.  

Su literatura está centrada en la tradición fabuladora de Castilla y León, pero su trascendencia es universal. A finales de los años 60 participó con Juan Pedro Aparicio y José María Merino en la invención del apócrifo común Sabino Ordás.  

Su obra literaria ha sido traducida a numerosos idiomas y, en ocasiones, adaptadas al cine. Es miembro de la Real Academia Española desde el 21 de mayo de 2001.  

José María Merino nació en La Coruña, España, en 1941. Es escritor, ensayista y poeta. Estudió Derecho en Madrid. Al término de su carrera ingresó en el cuerpo de funcionarios del Ministerio de Educación.  

Colaboró durante años con la UNESCO en proyectos para Hispanoamérica, lo que determinó su fascinación por el mundo americano, que trasladó a sus novelas.  

Entre 1987 y 1989 fue director del Centro de las Letras Españolas del Ministerio de Cultura. Desde 1996 se dedica solamente a la literatura.  

Su vocación literaria se inició en la poesía, con la publicación de Sitio de Tarifa (1972). Sin embargo, terminó abandonando este género y optó de manera definitiva por la narrativa. Su primera novela, Novela de Andrés Choz, es de 1976.  

Su trayectoria como narrador se ha repartido por igual entre la novela y el cuento, género que ha desarrollado con notoriedad en España durante las últimas décadas. Es autor también de narrativa infantil y juvenil, y del libro de viajes Los caminos del Esla (1980), escrito en conjunto con Juan Pedro Aparicio.