Presentan el libro ''Crónicas Tapatías''

GUADALAJARA, JALISCO (20/OCT/2011).- “El cronista establece, bajo la intemperie de su tiempo contado, sobre la breve playa de lo cotidiano, un campamento desde donde intenta dejar constancia de lo visto, de lo vivido, de lo pensado, a veces, de lo soñado (…) con la fe en encontrar en el futuro ojos que presten atención a lo contado, espíritus para los que el relato de hallazgos y visiones tome sentido y vida nueva”. Así describió el Arquitecto Juan Palomar Verea, la actividad que él y otros seis atentos observadores del acontecer de la ciudad realizan año con año, y la que también los llevó a reunirse ayer por la noche para presentar públicamente el libro “Crónicas Tapatías”, que recoge las crónicas de 2010, y que fue editado recientemente por el Ayuntamiento de Guadalajara.

Para transmitir el espíritu de la publicación, cada cronista presentó el trabajo de uno de sus colegas, con excepción del arquitecto Guillermo García Oropeza, quien no estuvo presente por motivos de salud. La primera en tomar la palabra fue Renée de la Torre, quien describió la crónica gastronómica de Carlos Enrigue como “una invitación a degustar la ciudad a través de sus platillos”. Enrigue comentó la variopinta narración de González Escoto, en la que se abordan temas que van desde los nuevos botes de basura, hasta la inauguración del nuevo estadio de las Chivas.

Después, el padre González comentó los textos de Palomar, “donde parece que es la misma ciudad la que se expresa por medio del cronista”. Éste a su vez presentó el trabajo de Laura Zohn, quien “a través de la historias de personajes da un rasgo humano a una ciudad que es cada vez más anónima”. La hija del famoso arquitecto Alejandro Zohn, describió los acontecimientos que Ildefonso Loza decidió resaltar a lo largo de seis décadas. Y finalmente Loza admiró el excelente uso de lenguaje de Renée de la Torre, así como su buena puntería para dar en el centro de los problemas.