Cultura | Historia de la gente común Poco estudiada, la vida cotidiana del siglo XIX La investigadora Karla Bordes señala que es necesario recurrir a la oralidad para rescatar la cotidianeidad de las personas Por: EL INFORMADOR 1 de agosto de 2010 - 01:49 hs Los hombres y las mujeres de clase social pudiente recibían a sus visitas o realizaban los encuentros en sus casas. ESPECIAL / GUADALAJARA, JALISCO (01/AGO/2010).- Una vez lograda la Independencia, en 1821, la sociedad mexicana vivió un día normal, las mujeres fueron al mercado y los hombres se fueron a trabajar al campo, como lo hacían cada mañana. La vida cotidiana, es decir, las historias de la cocina, de la escuela, de la calle, de las relaciones humanas no se alteraron, ni la gente se vistió de gala al día siguiente para celebrar el fin del dominio español, porque la gente común estaba más preocupada de su acontecer diario, que de forjar una nación diferente. De acuerdo a la historiadora Karla Bordes, aún hace falta estudiar la cotidianeidad de las poblaciones, pues la historiografía se ha centrado en la descripción y análisis de los acontecimientos y personajes históricos. La vida cotidiana es la historia de lo que pasa todos los días, desde las ideas, la preparación de los alimentos, las relaciones humanas o la forma de estudiar, “es todo lo que hacemos, es el marco para hablar de los mitos, las leyendas, los cuentos, la educación, la comida, la cultura, pero bastante despegada de la historia documental”, dice la también auxiliar de la coordinación del diplomado México: Nuestras historias, que se imparte en el Sistema Universidad Virtual (SUV) de la Universidad de Guadalajara. El acontecer diario es historia en medida que es producto de los seres humanos. Y de acuerdo a Karla Bordes, es una realidad poco investigada, pero que reclama su lugar en la historiografía mexicana, a pesar de que no queda registrada en edictos, leyes y promulgaciones, “y que es valiosa si se rescata la oralidad, la memoria, los silencios, las prácticas cotidianas”. Afirma que en el caso de los personajes históricos “no se trata de desmitificarlos hasta convertirlos en chisme de pasillo, sino de hacerlos personajes cercados de los cuales podamos aprender. Por ejemplo, no hay que quitarle la máscara a Miguel Hidalgo y saber con cuántas mujeres se acostaba, sino cuáles eran sus luchas internas y externas, sus contradicciones, porque sus contradicciones son las mismas que las de cualquier ser humano”. El problema al que se enfrenta la historia es a que en muchas ocasiones está construida a partir de mitos, y precisamente son los relatos de la vida ordinaria los que deben derribar esos “fantasmas”. La investigadora de la UdeG agrega que no se puede negar la gran herencia de la época colonial en el México independiente en el desarrollo de la sociedad, especialmente en las relaciones de pareja, ya que durante los 300 años de dominación española a la mujer se le consideró como acompañante, ayudante y “sirvienta” del hombre. Durante el siglo XIX, a pesar de que hubo cambios estructurales en lo político, ideológico, económico y social, en el ámbito personal no hubo cambios para las mujeres, ya que no podían opinar ni siquiera, eran omitidas por la mayoría de los varones y no se les permitía ni siquiera decidir sus sentimientos en cuestiones de amor, amistad y fraternidad. Aún después de la Independencia de México, a lo más que podían aspirar era ser vista como conservadora de la riqueza, de la sangre y de la religión. Para comprender la situación de la mujer durante el siglo XIX, es necesario echar un vistazo a la condición que mantenía en la etapa colonial, ya que a partir de dicho periodo se le colocaron etiquetas como que debían ser un ejemplo de honradez, rectitud y respeto. La educación, el motor En el siglo XVIII, la transformación de la sociedad y la migración de las ideas se dio gracias a la educación, que no era accesible para todos, sino sólo para la clase pudiente, la cual contrataba a tutores para tenerlos en casa educando a los hijos con una cartilla y un silabario, sistema con el que aprendían a deletrear. De igual forma, la lectura de libros calificados por la Iglesia como “incendiarios y revolucionarios”, a los cuales sólo tenían acceso familias de la burguesía, fueron cuestionados y prohibidos por las autoridades eclesiásticas, porque comenzaban a fomentar la reflexión entre la población. Karla Bordes resalta que para la clase baja existía la Escuela de Migas, “donde enseñaban a las mujeres a tres cosas: quedarse calladas, bordar y, si tenían mucha suerte, leer. A los niños se les permitía su estancia hasta la edad de siete años”. Posteriormente, Gregorio Torres Quintero fue uno de los principales preceptores en el México independiente, quien con su sistema onomatopéyico enseñó a leer y a escribir al mismo tiempo a los estudiantes, algo que años anteriores era casi imposible, “quien aprendía a escribir pertenecía a la burguesía, costaba mucho dinero”. Con la Revolución Mexicana, las ideas y las formas de pensar avanzan y viajan en tren, lo que permitió tener a una sociedad más educada, pero aún con altos índices de analfabetismo. “El gran transformador de la educación fue Lázaro Cárdenas, pero incluso en ese tiempo las maestras tenían que vestir de determinada manera, ser solteras, sin hijos, porque había una idea de la moralidad que se imitaba de esa manera”, afirma. Lugares de reunión La apropiación de los espacios públicos dependía de su diseño, pues los parques, alamedas, iglesias, calles, estaban separados por clase y por género. “Los hombres y las mujeres de clase social pudiente recibían a sus visitas o realizaban los encuentros en sus casas, había un salón para eso, incluso se citaban en la Iglesia, ferias o palenques, donde se generaba la convivencia más recurrente, aunque no eran espacios para todos”, concluye una de las coordinadoras del diplomado México: Nuestras historias. Temas Bicentenario Independencia Lee También Todo lo que debes saber sobre el AXE Ceremonia 2025 La música emergente toma el Foro Independencia Metro CDMX tendrá cerrada estación de la Línea 2 este 10 de octubre Ex Frenaaa ahora promueve independencia de Nuevo León Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones