Sábado, 23 de Noviembre 2024
Cultura | El escritor habla de un libro en el que el peso narrativo está en los personajes

Piglia vuelve a la épica

El escritor argentino habla de un libro en el que el peso narrativo está puesto en una galería de personajes

Por: EL INFORMADOR

El autor presume en Guadalajara su más reciente entrega, donde vuelve a los personajes “que tienen una dimensión trágica” E. BARRERA  /

El autor presume en Guadalajara su más reciente entrega, donde vuelve a los personajes “que tienen una dimensión trágica” E. BARRERA /

GUADALAJARA, JALISCO (03/NOV/10).- Hay un hombre que “había sobrevivido a las catástrofes, reinaba sobre los muertos, disolvía lo que tocaba”. Hay unas gemelas “tan iguales que la simetría resultaba siniestra” y un caballo “que estaba retirado como un boxeador que deja los guantes sin haber perdido”. Y al detective de la historia lo conocemos porque estaba “tocado”, pero no como el loco del pueblo, sino “como quien oye una música y no puede sacarla en el piano”.

Y, como ésos, muchos más: una galería de personajes que son los pilares que sostienen Blanco nocturno (Anagrama), la más reciente novela del escritor argentino Ricardo Piglia (1941), conocido no sólo por su trabajo como creador sino también como crítico literario, y quien visita la FIL de Guadalajara para actividades como presentarle este libro a los lectores.

Absorbente, compleja, veloz de leerse, Blanco nocturno es una novela con la lógica del género policiaco en la que Piglia hace un experimento: volver a la épica, a las historias de personajes únicos, ajenos al mundo del narrador y del lector, cuyo destino nadie puede prever. Piglia los coloca en un pueblo argentino de los años setenta que vivió una guerra familiar en torno a la decadencia de una fábrica de autos y donde ha ocurrido un asesinato. Y cada persona es, casi, una voz narrativa y una trama, admite el autor en entrevista.

—¿En algún momento se le desbordaron los personajes, se le impusieron a la historia?
—No, siempre supe que iba a contar la historia de por qué esa fábrica había fracasado. Me costó mucho trabajo, eso sí. Me costaron trabajo las transiciones, mantener la tensión… Y una cosa que me interesó era la idea de volver a la épica: volver a personajes que tengan experiencias más profundas que los lectores, que eso creo que es la épica. En vez de contar una historia que sea igual a la que viven los lectores del libro, ver si es posible contar una historia donde los personajes estén en una frontera: con la locura, con el sexo, con la aventura, con lo que sea. Eso también, para mí, fue una ilusión, un horizonte que tenía el libro: retomar esa tradición. Porque me parece que hay una carga demasiado fuerte en la literatura contemporánea de la tradición autobiográfica, donde lo único que funciona es el narrador: el único personaje es el que está escribiendo la historia. Y está muy bien eso: salen libros buenísimos, pero me parecía que era bueno volver a esas historias con personajes, y a personajes que tienen una dimensión trágica.

—¿Lee usted a algún contemporáneo que haga esto?
—Hay muchos, digamos, que han constituido la forma. Yo leo, por ejemplo, a (Enrique) Vila-Matas. Hay más bien muchos epígonos y, por otro lado, cierta tradición de los media, de la web, donde hay como una exhibición de la intimidad, como si todo el mundo quisiera atraer la atención contando sus vidas, secretos íntimos, ¿no? ¡Nadie tiene secretos íntimos! Esa idea de que la intimidad debe ser la novela ha derivado hacia textos que trabajan con esa aspiración de hacer, de la vida personal, el centro de todo.

Faulkner

La jovialidad de Piglia queda de manifiesto con su disposición para charlar: en la FIL se detiene cada tantos pasos para platicar con conocidos y desconocidos y para todos tiene cinco minutos; por la mañana, habla sin parar de cualquier tema que los reporteros le soliciten. Y quizá recuerda un poco a Croce, el detective de Blanco nocturno, que cada tanto se detiene a pensar y, cuando sigue hablando, ya va una milésima de segundo más adelante que los demás.

—Suelen preguntarle sobre su trabajo comparado con algunas tradiciones literarias. ¿Se siente inserto en alguna, su deudor?
—Bueno: los escritores que uno admira son los que tienen más peso. Con en este tipo de libro me refería, por un lado, a lo que podríamos considerar como la tradición de género policial, que habitualmente no se localiza en los pueblos de campo; y a cierta referencia que pertenece a la literatura mundial: a (William) Faulkner, que es un poco el que instaló esa idea de un pueblo como un repertorio de historias y, sí, como un espacio de la épica: Faulkner es un gran novelista épico con el que casi no hay historias cotidianas. Yo traté de distanciarme de Faulkner, de ese estilo suyo que es muy pegadizo, ¿no?
“Cuando uno dice ‘tradiciones literarias’, está diciendo algo que es importante: que los libros se escriben porque otros han escrito libros antes. Un escritor ruso al que yo admiro decía que las musas son la tradición literaria. El comienzo de La Ilíada: ‘Oh, musa, canta…’, es como si estuviera refiriéndose a lo que ya se narró: esa llamada a los espíritus es la llamada a los narradores que uno admira.

—Hay un artículo suyo, una tesis sobre el cuento, en el que explica cómo un relato consiste en resolver un enigma. ¿Utiliza estas ideas también cuando escribe novela?

—Mira, en un punto, el género policial tiene la particularidad de que empieza con algo que no se sabe y que el relato debe reconstruir, con voces, con relatos, con los cuentos de otros: eso es muy atractivo para mí. En general, todas mis novelas empiezan igual. Entonces, el comienzo del relato es más bien una incertidumbre: me interesan mucho los narradores que vacilan respecto a lo que saben, que no parece que lo saben todo, sino que muestran cierta incertidumbre sobre el conocimiento, sobre cómo se construye la verdad.

—¿Así construyó Blanco nocturno?
—Claro, y eso me resulta muy interesante, porque el lector acompaña al narrador en eso: si no termina el libro, no termina de construir la historia.

FRASE
"Traté de escribir una historia en la que alguien hace algo para lo cual la realidad todavía no está preparada"
Ricardo Piglia, escritor

FICHA

Hoy, 20:00 horas / Presentación de Blanco nocturno / Salón Agustín Yáñez

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