Cultura | Dejan un vasto legado científico y académico Perdió el INAH este 2011 valiosos y destacados investigadores Elsa Malvido, Phil Weigand, Samuel Mata Diosdado, Perla Valle Pérez, María Eugenia Fuentes Bazán, Mario Pérez Campa y Sergio Lorenzo Yáñez Reyes, constituyen las pérdidas que sufrió la organización Por: NTX 19 de diciembre de 2011 - 18:08 hs Grandes pilares del INAH partieron este año. ARCHIVO / CIUDAD DE MÉXICO (19/DIC/2011).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lamentó este año que está por concluir, la sensible pérdida de investigadores que laboraron durante varias décadas, quienes dejaron un vasto legado científico y académico, fruto de su ardua labor en las diversas áreas de la historia, la antropología y la arqueología. Nombres como el de Elsa Malvido, Phil Weigand, Samuel Mata Diosdado, Perla Valle Pérez, María Eugenia Fuentes Bazán, Mario Pérez Campa y Sergio Lorenzo Yáñez Reyes, constituyen las pérdidas que sufrió el INAH, y al cual le entregaron grandes aportaciones para la comprensión del pasado, lo que representa una herencia invaluable para las futuras generaciones, informó hoy eseorganismo. Sobre la estudiosa de la muerte, Elsa Malvido (1941-2011), vale la pena subrayar que trabajó durante 44 años en el INAH, donde desarrolló investigaciones de largo aliento sobre el devenir de la salud, la enfermedad y la muerte en México. Fue una de las investigadoras más reconocidas de la Dirección de Estudios Históricos (DEH), donde desde 1987 coordinó el Taller de Estudios sobre la Muerte, el proyecto Salud-Enfermedad de la Prehistoria al Siglo XXI (a partir de 1986), y el Seminario de Demografía Histórica, en el que comenzó a trabajar desde 1970. Una de sus mayores aportaciones fue el Congreso Internacional sobre Salud y Enfermedad de la Prehistoria al Siglo XXI, foro multidisciplinario en el que especialistas de distintos países se reunían para debatir en torno a problemáticas que en materia de salud enfrenta la población desde tiempos remotos. Además formó parte de diversos proyectos de investigación del INAH, entre ellos 'Chapultepec, cementerio de San Miguel Chapultepec' (2004-2007), 'Las catacumbas del Templo de San Agustín, Aguascalientes', junto con la Secretaría de Obras Públicas de ese estado (2005-2007), y 'Las momias de México' (1999-2008), en el que hizo labor de catalogación para la Dirección de Antropología Física del Instituto. Por su parte, Phil Weigand (1937-2011), el descubridor de Guachimontones, fue un reconocido arqueólogo y antropólogo de origen estadunidense que se dedicó durante más de 40 años al estudio de las civilizaciones precolombinas que habitaron el Occidente de México. Llegó a México en los años 60 para trabajar en Zacatecas y en Jalisco, en lo que ahora se conoce como el área de Guachimontones, donde junto con su esposa Acelia García, halló los vestigios de una civilización no registrada hasta ese momento y a la cual dedicarían más de 30 años de estudio. Entre los libros que publicó destacan 'Antropología en Jalisco: una visión actual', 'Arqueología del Occidente y Norte de México', 'La cerámica arqueológica de la tradición Teuchitlán', 'Jalisco: tipología, análisis petrográfico y cronología', 'Estudio histórico y cultural sobre los huicholes' y 'La mitología de los huicholes'. El pasado 21 de marzo, meses previos a su fallecimiento, fue homenajeado por sus 40 años de entrega a la investigación y rescate de los vestigios arqueológicos pertenecientes a la tradición cultural Teuchitlán. Mientras que el arqueólogo Samuel Mata Diosdado, dedicó más de tres décadas en el INAH, participando con gran empeño en diversas investigaciones, entre ellas, el proyecto arqueológico Bahías de Manzanillo, Colima. Igualmente en las zonas arqueológicas de Tres Cerritos y Huandacareo, así como en Barranquilla Chica, Michoacán; y en el hallazgo de un conjunto de entierros en Playa del Tesoro, también en Manzanillo. Asimismo participó en innumerables trabajos de exploración y salvamento desde la Dirección de Salvamento Arqueológico, destacando su aportación en los proyectos hidroeléctricos de Guerrero y Oaxaca, y en un rescate arqueológico en Huamantla, Tlaxcala. Uno de los temas a los que dedicó diversos estudios fue la escultura en piedra y la industria lítica de El Chanal, asentamiento prehispánico del Occidente de México. Otras de sus investigaciones fueron 'Economía indígena del valle de Colima en el Posclásico vista a través del utillaje cotidiano', 'La obsidiana y el comercio prehispánico en Colima' y 'Entre la cotidianidad y el ritual, los artefactos de molienda en contextos funerarios del Formativo Tardío en el Valle de Colima'. La desaparecida profesora e investigadora de la Dirección de Etnohistoria Perla Valle Pérez, realizó acuciosos estudios sobre diversos códices, entre ellos el 'Memorial de los indios de Tepetlaoztoc' (Códice Kingsborough), del Estado de México, manuscrito de carácter jurídico pintado en 1554, del que se hizo una edición facsimilar y una de divulgación. 'El Códice de Tlatelolco' y la 'Ordenanza del Señor Cuauhtémoc', son otros de los documentos históricos que fueron ampliamente estudiados por la etnohistoriadora, en colaboración con los investigadores Xavier Noguez y Rafael Tena. Entre sus publicaciones destaca también 'El Templo Mayor y el recinto sagrado de México Tenochtitlan en fuentes del siglo XVI', que realizó junto con Emma Pérez-Rocha, Lourdes Suárez Diez y Bárbara Dahlgren, del cual se reeditó en 2009 una versión actualizada bajo el título 'Corazón de Cópil'. A últimas fechas laboraba en el proyecto 'Pintura del gobernador, alcaldes y regidores de México (Códice Osuna). Testimonios de la impartición de justicia a la sociedad indígena en el siglo XVI', como su tesis de doctorado. Mientras que María Eugenia Fuentes Bazán (1953-2011), considerada uno de los pilares historiográficos de México, fue una destacada investigadora del INAH por más de tres décadas. Como parte de su labor en la Dirección de Estudios Históricos, trabajó en el análisis de documentos de la Revolución Mexicana y elaboración de la guía del Fondo Jesuita, ambos del Archivo Histórico de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. A lo largo de su trayectoria se abocó al estudio del metodismo en México y a sus diversas aportaciones, rescatando la participación de maestros protestantes en la Revolución Mexicana, quienes eran al mismo tiempo estudiantes de teología del Instituto Metodista Mexicano de la ciudad de Puebla; tema que para la especialista era poco tratado en la historiografía de la Revolución Mexicana. La historiadora, egresada de la UNAM, participó en el libro 'El protestantismo en México (1850-1940). La iglesia metodista episcopal', con un texto alusivo a 'La educación metodista y la Constitución de 1917'; también escribió 'El metodismo en el estado de Tlaxcala (1875-1920'). Con más de tres décadas de labor en el INAH, el arqueólogo Mario Pérez Campa coordinó diversos proyectos de investigación, entre ellos Bonampak y Yaxchilán, en Chiapas; Hueyatlaco, en Puebla; y Cuicuilco y Centro Histórico, en la Ciudad de México. El investigador, con estudios de arqueología en la ENAH, y de maestría y doctorado en la UNAM, ocupó diversos cargos dentro de la Institución, entre ellos, responsable de la Unidad de Arqueología Colonial de la Dirección de Monumentos Históricos (1982-83) y también fue investigador de la Dirección de Restauración del Patrimonio Cultural (1985). Igualmente se desempeñó como director de Apoyo Técnico y Académico de la Coordinación Nacional de Centros Regionales (1988); director de la delegación del INAH en Tabasco (1991-93); director técnico de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones (1993-94); secretario técnico del INAH (2006-2007); director del Museo Regional de Aguascalientes (2010) e investigador de la Zona Arqueológica de Cuicuilco (2010-2011). Algunas de sus obras publicadas son 'Bonampak: aproximación al sitio a través de los materiales cerámicos y líticos'; 'El misterio de los mayas' y las miniguías de Bonampak, Yaxchilán y Cuicuilco; además de audiolibros de Palenque y Cacaxtla, entre otros textos publicados en revistas tanto académicas como científicas. Finalmente, Sergio Lorenzo Yáñez Reyes fue un formador de especialistas que se distinguió por su empeño en la formación de innumerables generaciones de antropólogos e historiadores en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Trabajó con esmero en el proyecto de análisis de la historia reciente del INAH, en particular de las dos últimas administraciones (1992-2000 y 2000-2006), con el fin de comprender su papel y perspectiva actuales en el espacio cultural mexicano, así como formular iniciativas fundadas y viables para el despliegue futuro de la institución. En 2005 obtuvo la medalla al mérito universitario, otorgada por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, por sus estudios de especialización en Ciencias antropológicas, y en 2010, la medalla dorada que entrega el INAH en reconocimiento a sus 25 años de labor en la Institución. Temas INAH Patrimonio Decesos de personalidades Resumen 2011 Lee También Liam Payne fue denunciado por enviar material íntimo a su expareja, Maya Henry Esta ciudad maya oculta se corona como un sitio prehispánico en México Song Jae-rim muere a los 39 años de edad Estos son los detalles del funeral de Liam Payne que se llevará a cabo en Reino Unido Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones