Pelos y señales

GUADALAJARA, JALISCO (26/SEP/2011).- Aunque apenas estamos en septiembre, las noticias sobre la Feria Internacional del Libro (FIL) que celebrará a finales de noviembre su edición 25, aparecen con mayor intensidad. Hoy lunes se dará a conocer su programa general seguramente centrado en el invitado de este año, Alemania. Hace unos días se difundió la buena idea de la Fil de convocar a 25 escritores poco conocidos para que dialoguen durante la Feria sobre el estado actual de la literatura en sus respectivos países: “Los 25 secretos mejor guardados de América Latina” se revelarán entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre próximos con lo cual se tenderán, supongo, puentes de comunicación entre literaturas que, paradójicamente, comparten idioma y aislamiento.

Por otra parte, hace algunos días se conoció el nombre del escritor que recibirá el máximo reconocimiento anual: el Premio Fil de Literatura en Lenguas Romances 2011. Desde que se supo que Fernando Vallejo, colombiano por nacimiento y mexicano por elección, sería el ganador, muchos comenzamos a especular acerca de su discurso de recepción del premio. Vallejo ha sido siempre un personaje controvertido cuyas opiniones en varios frentes han resultado, por decirlo de alguna manera, escandalosas. Sus posturas respecto del maltrato a los animales, sus diatribas contra algunos aspectos de la ciencia -en libros como La tautología darwinista o Manualito de imposturología física y sus bien documentadas denuncias contra los horrores causados por la Iglesia católica a lo largo de su historia -La puta de Babilonia-, han sido temas que, a la par de sus obras literarias, lo han ubicado como un personaje ligado a la polémica. Algunos amigos científicos me han comentado, por ejemplo, sus divergencias respecto de las ideas de Vallejo en torno a la física, e incluso han cuestionado la validez de alguno de sus escritos.

En un estado como Jalisco, donde la Iglesia católica tiene todavía una gran influencia, y donde el gobierno estatal mantiene ligas estrechas -con frecuencia cuestionables- con la jerarquía eclesiástica, será interesante escuchar las palabras de un escritor como Fernando Vallejo, quien en los primeros párrafos del libro citado antes se refiere a la iglesia como “...la impune bimilenaria (que) tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar”.

Me pregunto ¿quién irá a la ceremonia en representación oficial? ¿el gobernador interesado en repartir cuantiosos recursos a la Iglesia? ¿o el secretario de Cultura cuya prioridad es la restauración de templos?