Pasarela de chelistas

GUADALAJARA, JALISCO (12/MAR/2016).- En uno de los ensayos previos al estreno de su oratorio “El Pesebre”, en el Teatro Degollado, en 1970, Pablo Casals pidió a los músicos de la entonces Orquesta Sinfónica de Guadalajara —hoy Filarmónica de Jalisco (OFJ)— , en una síntesis de la sabiduría acumulada en una carrera que le valió ser considerado uno de los mejores chelistas de todos los tiempos: “No toquen los instrumentos; toquen la música”.

El sexto programa de la primera temporada 2016 de la OFJ, la noche del jueves en el Teatro Degollado (con menos de media entrada en la sala; el domingo, en la repetición, se sabrá si el pretexto fue el frío), obligó a rumiar aquella lección.

La velada se destinó, en la primera parte, a hacer una pasarela con seis de los nuevos chelistas del ensamble, a semejanza de la que unas semanas antes se había hecho con los violinistas.

Arrancó la función con la “Obertura Mexicana No. 2”, de Blas Galindo: un arreglo sinfónico de las canciones “¿Qué te ha dado esa mujer?” y “Paloma, ¿de dónde vienes?”. Siguió con siete miniaturas para violoncello (de Tchaikowsky, Fauré, Saint-Saens y Paganini, y tres de Popper), propicias para que José Gregorio Nieto, Juan Carlos Coronado, Ángel Miguel Hernández, María Vanessa Ascanio, Roberto Pérez y Christian Jiménez —cuyas edades fluctúan entre los 21 y los 29 años— hicieran gala de solvencia técnica, aplomo y destreza, rayana en no pocos pasajes en el virtuosismo. Sobresalieron, por la emoción que denotaron, Coronado con “Aprés un réve” (Después de un sueño), de Fauré, y Pérez con las Variaciones sobre un tema de “Moisés en Egipto” (de Rossini), de Paganini.

El plato fuerte del programa fue la Sinfonía No. 104 en Re mayor, “Londres” (también conocida como “El Redoble del Tambor”), de Haydn. Además del reacomodo de los instrumentos (los contrabajos a la derecha, los violoncellos al centro), Seikyo Kim, como director huésped, dio una cátedra magistral de su oficio. Más allá de marcar el ritmo y dar las entradas a los instrumentos —la talacha del clásico “batutero”—, Kim transmitió a los músicos y al público, con gran intensidad, el mensaje que Haydn legó a la humanidad detrás de las notas; (de nuevo la frase de Casals: “Toquen la música, no los instrumentos”).

La repetición, este domingo, en la misma sala, a partir de las 12:30 horas.

Jaime García Elías