Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Cultura | Reescribe 'Asturias, octubre 1934'

Paco Ignacio Taibo II cuenta mejor la revolución asturiana

El escritor lanza un profundo análisis de uno de los acontecimientos sociales que sacudió a la España de los años ochenta

Por: EL INFORMADOR

Con cigarro en mano, Paco Ignacio Taibo II revela las aristas que exploró en su libro más reciente, 'Asturias, octubre 1934'. EL INFORMADOR / E. Barrera

Con cigarro en mano, Paco Ignacio Taibo II revela las aristas que exploró en su libro más reciente, 'Asturias, octubre 1934'. EL INFORMADOR / E. Barrera

GUADALAJARA, JALISCO (10/DIC/2014).- Paco Ignacio Taibo II califica a la clase obrera que participó en la revolución asturiana de 1984 como diferente a todas las que ha conocido en su vida. Hace más de 30 años que rescató la historia de esos días en un libro basado en más de 200 entrevistas y archivos testimoniales que en 2013 volvió a reescribir con la intención de contar mejor el suceso.

En su visita a la recién concluida Feria Internacional del Libro ( FIL) para presentar la nueva edición de “Asturias, octubre 1934”, el escritor se siente como en casa. Espera sus entrevistas con cigarro en mano y bromea con quienes pasan a su alrededor, no lo hace en solitario, pues está al lado de su hermano Benito Taibo.

El historiador y activista cuenta que aceptó volver a escribir el texto porque el primero tenía varios vacíos. Se encerró cinco meses a pesar de que tenía mucho trabajo y volvió a trabajar todo el material, al que califica como “invaluable”.

Subraya que aprovechando lo que aprendió en narrativa y siendo muy riguroso con la información abundó en el relato de una revolución que dura 14 días, en el que plasmó cómo se construye una clase obrera fuerte, la importancia del periodismo y la historia de cuatro de los personajes que son sus abuelos o tíos abuelos. Todo esto hace que este proyecto quede en su carrera como uno de los más emotivos y emocionantes de hacer.

—¿Cuáles son los principales cambios respecto al original?

—La manera en cómo contarlo, no hubo información nueva. Revisé todo lo que se había publicado en 30 años y no había cosas novedosas. Algunos pequeños ensayos pero nada sólido. Y fuentes directas cero.  Lo que más me emociona es cuando te dicen: “Es un libro de historia maravilloso, lo leí como novela”. Cuando eso pasa significa que tiene un plus agregado que es la manera de entrar narrativamente en eso, para eso sirve la narrativa, para contar bien la historia.

—¿Qué ha cambiado de su narrativa?

—La construcción de personajes, una historia colectiva como esta que tiene 300 personajes de los cuales antes de que el lector los agarre tienes que hacerlos y contar sus historias para que quien lo lee los agarre en toda su dimensión.

También el eje cronológico, las cosas suceden a causa unas de otras. Entonces el lector tiene que entender cómo se produce una guerra. De repente armo un capítulo temático en el que explico la forma en que se armó ésta clase obrera, de dónde salieron los cañones, los ametralladores, las pistolas. Pero para llegar a eso construí primero quiénes son los personajes. El primero tenía recuadros paralelos.

—¿Volvería a reescribir algún otro de sus textos?

—No, yo creo que es (“Asturias, octubre 1934”) el único que dejé atrás que necesitaban una reescritura. Los demás están escritos con una lógica narrativa. Ahorita en los que me estoy embarcando la estoy pasando muy bien, porque encontré la manera de contar.

—¿En qué se está embarcando?

—Estoy escribiendo la historia del liberalismo mexicano, del juarismo, de la reforma, de los doce años de luchas continúas que construyeron este país en el siglo XIX, desde la Constitución de 1957 hasta el fusilamiento de Maximiliano y la entrada de Juárez. ¿Quiénes son esos personajes?, ¿quién es ese país que de repente aparecen de la nada?  Este placer por reconstruir una época se vuelve fundamental.

—¿Qué más ha cambiado en su estilo?

—Aprendí un  montón en estos veinte años. Ahora estoy haciendo una microbiografía de Melchor Ocampo que no va a tener más de siete páginas en el libro pero encontré las claves del personaje, las anécdotas que lo cuentan. En lugar de dedicarte a explicar encuentra la anécdota que en sí es una síntesis de qué es el personaje. Narrar una historia así para el autor es algo apasionado.

—¿Hay un punto de comparación con la clase obrera de México?

—Aquí hay una épica proletaria, descarada, la idea es que caiga en manos de lectores de los países donde se va a publicar para que hagan una pregunta de en qué momento la clase obrera se desvinculó, se volvieron sindicatos blanditos, perdieron su capacidad de lucha.

La segunda pregunta sería ¿volverán?, ¿volverá a sonar la hora de los trabajadores en los países?, si esa reflexión llega en el lector, me doy por contento.

FRASE

“Hay otras reflexiones escondidas. Cómo un periódico se vuelve el alma de una revolución. La solidez moral de los personajes, siempre hay lección en la historia siempre y cuando no trates de leerla como si fuera un manual”.

Paco Ignacio Taibo II,
escritor

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