Ofrecen charlas sobre la fauna en Tenochtitlan

CIUDAD DE MÉXICO (08/JUN/2013).- Con motivo de la reciente apertura de la Sala 6 "Flora y Fauna" del Museo del Templo Mayor, se lleva a cabo un ciclo de conferencias y en esta ocasión fue impartida por la bióloga Norma Valentín Maldonado.

El uso ritual y los simbolismos de las especies de 60 ofrendas localizadas en lo que fue el Recinto Sagrado de la zona arqueológica fue abordado por la especialista en la ponencia "Los animales ofrendados en el Templo Mayor de Tenochtitlan".

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hasta el momento, se han identificado más de 400 especies entre moluscos, aves, reptiles y mamíferos, como peces de arrecife coralino provenientes del atlántico, cocodrilos, serpientes y tortugas, que se utilizaron en regiones para ofrendas, comerciar o tributo.

A partir del estudio de las oblaciones descubiertas por el Proyecto Templo Mayor y el Programa de Arqueología Urbana, se ha determinado también que tucanes y quetzales, así como grandes mamíferos provenían de regiones tropicales, entre ellas, el jaguar, corresponden a los estados de Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Yucatán.

Restos de este tipo de especies fueron halladas en ofrendas dedicadas a los dioses de la lluvia, Tláloc y de la guerra, Huitzilopochtli, en diferentes etapas constructivas del Templo mayor, en su mayoría son ejemplares exóticos, muy bellos y vistosos.

Sobre los animales hallados en el Templo Mayor, Valentín Maldonado detalló que fueron trabajados con un tipo de taxidermia antigua, con la intención de ofrendar las pieles, esto se infiere por el tipo de huesos descubiertos en las ofrendas, que se dejaban para que sostuvieran y dieran forma a la piel y no se desgarrara.

Añadió que también se han encontrado grandes mamíferos, entre ellos seis lobos mexicanos, dos jaguares, 13 pumas y un solo hueso de la pata trasera de un gato montés, procedente de las áreas secas de los estados del norte de México.

Entre los mexicas el puma era considerado representante del Sol por su pelaje color amarillo, contrariamente el jaguar que se le relacionaba con la noche, al considerar su pelaje como el cielo y sus manchas como las estrellas, explicó.

De las aves, se han identificado 26 especies diferentes, entre palomas, codornices, garzas, colibríes, lechuzas, gavilanes, guajolotes, patos, chachalacas, tucanes, evidencia de plumas de quetzal y pájaros carpinteros.

En las ofrendas que se han encontrado en lo que debió ser el frente del Templo Mayor, sobresale la presencia de águilas reales, ibis espatulado y colibríes, con evidencias de preparación de sus pieles o taxidermia.

Con estas evidencias, se ha estimado que en la época prehispánica, las águilas pudieron haber habitado las regiones de altas montañas del centro de México, pero conforme creció la población y la mancha urbana fueron orilladas a restringirse en su distribución.

Para los mexicas, esta especia tenía una relación directa con el Sol ya que es el ave que vuela más alto, y por tanto, se vinculaba con el dios que representa al astro: Huitzilopochtli.

Los reptiles también fueron comunes en las ofrendas, señaló, hasta el momento se han descubierto seis tipos de tortugas y seis diferentes tipos de serpientes, siendo la más abundante la Crotalus Colossus o víbora de cascabel, igualmente hay evidencia de boas traídas desde selvas tropicales.

Asimismo, se han ubicado dos especies de cocodrilos de los que sólo se ofrendaba la piel y cuatro tipos de lagartijas. En tanto, los moluscos son los que mayor presencia tienen en las ofrendas, prácticamente en todas se encuentra uno de ellos, subrayó.

Se han reportado cerca de 300 especies provenientes de los océanos Pacífico y Atlántico; además, las conchas, erizos, corales, moluscos y restos de peces simbolizaban el inframundo, un espacio del cosmos ubicado debajo de la superficie de la tierra, que por excelencia era acuático.

Sobre este tipo de representaciones y simbolizaciones se hablará en la segunda ponencia del ciclo, el 15 de junio, y que tendrá por título "Los moluscos en el Templo Mayor de Tenochtitlan".