Domingo, 06 de Octubre 2024

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Cultura | Detrás del escenario

Objetos que complementan la acción teatral

La utilería cobra una importancia enorme en la ambientación de una obra

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- La planta técnica del Centro Nacional de las Artes cuenta con 52 personas especializadas, quienes con su trabajo diario fortalecen la creación artística y solventan los requerimientos esceno-técnicos necesarios para los montajes que se presentan en el foro.

En el siglo XVI, las decoraciones eran modestas, unos pocos arbolillos representaban una tupida selva, mientras una pequeña porción de césped simbolizaba un enorme campo. En esos tiempos la imaginación del espectador complementaba las carencias de mobiliario y objetos en escena.

Durante los siglos posteriores, se pintaban en los fondos del escenario los muebles y enseres que acompañaban a los actores. También se plasmaban en los rompimientos, que son paneles que limitan la profundidad del escenario y le dan perspectiva. Estos recursos plasmados en lienzos hacían que los actores debieran tener mucho cuidado, porque un tropiezo podía significar tirar el decorado.

A finales del siglo XIX, con la llegada de la corriente teatral conocida como naturalismo escénico, se exigió al teatro que hasta los detalles más insignificantes fueran reales para dar mayor credibilidad a la obra, llegando al extremo de poner caballos auténticos en escena.

Actualmente existen tres tipos de atrezzos o utilería. La primera es del tipo fija y de adorno, la cual comprende muebles, alfombras, cortinas, cuadros, retratos y esculturas. Los cigarros, periódicos, lámparas, maletas y comida entran en la categoría de utilería de mano. A la tercera categoría se le conoce como efectos de sonido y efectos visuales no eléctricos, como son las máquinas de humo que permiten hacer efectos de neblina y nieve.

Fernando Wagner, en su libro Teoría y técnica teatral, destaca al utilero como uno de los colaboradores más importantes del director de escena. "Artistas que sepan construir desde un barco que naufraga o una silla de Luis XIV hasta la estatua del comendador, son muy escasos y merecen todo el respeto de la dirección de escena".

Los atrezzistas o utileros son los encargados de los instrumentos, utensilios y todo tipo de objetos que se usan en la decoración teatral, y de todos los detalles del espacio o escena diseñados por el escenógrafo.

Rotulista y barnizador de oficio, Avelino Gómez Méndez es el jefe del departamento de utilería del Teatro de las Artes desde hace nueve años. Su función consiste en realizar cambios de ambientación, manejo de todos los accesorios que se necesiten en una obra, mantener en óptimas condiciones el escenario y manejar la maquinaria de efectos.

"Creo que, de todos los técnicos, los utileros somos los que más tenemos que subir al escenario durante los oscuros de la obra. En ocasiones, tramoya baja telones, mientras nosotros estamos cambiando cosas, y si no nos coordinamos, alguien se puede lastimar", comenta.

Gómez Méndez subraya que tiene dos grandes responsabilidades: la primera, recordarle a la gente de producción de los espectáculos si algún objeto falta, falla o si se va a acabar, en el caso de recursos que se consuman en escena; además, es el encargado del piso del escenario.

"Nosotros no debemos dejar que metan grapas en el piso, porque vienen compañías de danza, muchos actores y bailarines andan descalzos o tienen que estar en el suelo y se pueden lastimar; tampoco deben poner clavos. El cuidado del escenario es muy delicado, está recubierto con pintura vinílica para evitar resbalones, además, no usamos ningún tipo de champú ni jabones sobre el suelo", detalla.

Recuerda que lo más extravagante que ha puesto en escena es ropa interior de mujer. Rara vez le ha tocado utilizar animales, pero una ocasión tuvo que meter un "pointer" en el proscenio.

Para Gómez Méndez, los aplausos son el pago moral que tienen quienes hacen teatro. "Es una gran motivación, en algunas obras piden que pasemos también a dar gracias y, en ocasiones, nos hemos llevado más aplausos nosotros, los técnicos, que los actores".

Bromista y reflexivo, considera que hay que tener muchas aptitudes y sensibilidad para adentrarse en el teatro. Además, piensa que para realizar mejor su trabajo, los técnicos deben entender la labor del actor, pero afirma que "también ellos deberían aprender algo sobre nosotros los técnicos, para lograr una relación armónica".

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