OFUNAM rinde homenaje a víctimas del Holocausto

CIUDAD DE MÉXICO (26/JUN/2011).- La Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM), bajo la batuta huésped de Yoav Talmi, ejecutó anoche el estreno en México de la obra 'Reflexiones de Dachau', del propio director, una pieza que compuso en homenaje a las víctimas del Holocausto, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.  

Con motivo del cierre de la Segunda Temporada 2011 de la orquesta, el programa del concierto incluyó también piezas de Johannes Brahms y Wolfgang Amadeus Mozart, esta última contó con los intérpretes Hila Baggio, Alejandra García, Leonardo Villeda y Ricardo López, acompañados por el Coro de Cámara de la Escuela Nacional de Música.  

Ante un gran número de asistentes en la sala de conciertos, la agrupación orquestal inició con el estreno en México de 'Reflexiones de Dachau', escrita por el propio director Yoav Talmi (1943), que contiene en su música una interpretación de aquellos campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial (1939-45).  

De esta manera, los músicos de la orquesta ejecutaron esta pieza, que no contiene una musicalidad fuerte, sino todo lo contrario, ligera y sutil, en un homenaje a las víctimas del Holocausto.  

Momentos después, la OFUNAM, bajo la batuta de Talmi, ejecutó la obra 'Obertura trágica, op. 81', de Johannes Brahms (1833-1897), una pieza que compuso en agradecimiento a la Universidad de Breslau y le surgió la necesidad de escribir al mismo tiempo la 'Obertura trágica', de cualidades contrastantes con la primera.  

Para finalizar el concierto, se interpretó la pieza 'Gran Misa en do menor, K 427', de Mozart (1756-1791), con la participación de Baggio, soprano; García, soprano; Villeda, tenor y López, bajo, acompañados por el Coro de Cámara, bajo la dirección de Samuel Pascoe.  

La obra, que junto con el 'Requiem' y 'La Misa de coronación', forma parte de la trilogía de obras litúrgicas más importantes en el catálogo de Mozart, fue altamente interpretada por los cantantes del bel canto, acompañados por el Coro de Cámara y la OFUNAM, dándole esa riqueza y belleza musical, al momento de escucharla.  

Cabe destacar que Mozart tenía un gran respeto por esa tradición y su visión barroca de la música sacra se hace evidente en la magnitud de las proporciones de esta pieza, la cual fue concebida para cuatro solistas, coro mixto y una orquesta de buen tamaño.  

Yoav Talmi se graduó de la Academia Rubin, de Música en Tel Aviv y de la Escuela Juilliard de Nueva York, donde obtuvo títulos en composición y dirección de orquestra. Obtuvo el premio Koussevitzki de dirección en el festival de Tanglewood, y en 1973 ganó el primer premio en el Concurso Rupert de Dirección de Orquestra en Londres.  

Ha trabajado con orquestras importantes de Londres, la Filarmónica de Berlín, la Orquestra del Concertgebouw, las sinfónicas de Viena y Praga, las filarmónicas de Oslo, Estocolmo, Varsovia, San Petersburgo e Israel, entre otras. Actualmente es director artístico de la Orquestra Sinfónica de Québec, en Canadá.