Martes, 26 de Noviembre 2024
Cultura | Dejó un legado en la educación, demostrando que ésta debe provocar felicidad

Montessori: la mujer que renovó el método de enseñanza

El método de la pedagoga consistía en reforzar la autoestima de los niños a través de juegos, y una vez que tenían confianza de poder avanzar, les transmitía sus conocimientos

Por: NTX

Por su extraordinario trabajo y dedicación, fue nominada al Premio Nobel de la Paz en 1949, 1950 y 1951. ESPECIAL  /

Por su extraordinario trabajo y dedicación, fue nominada al Premio Nobel de la Paz en 1949, 1950 y 1951. ESPECIAL /

CIUDAD DE MÉXICO (05/MAY/2012).- A 60 años de su fallecimiento, se recuerda a María Montessori, educadora y médico italiana que destacó por abrirse camino en un mundo que relegó a las mujeres.

Implantó un método pedagógico que lleva su nombre, basado en la libertad de aprendizaje para el niño y un apoyo con material didáctico que estimulara los sentidos, respetando los tiempos de aprendizaje de cada infante.

Nació en Chiaravelle, Italia, el 31 de agosto de 1870. Su padre, Alessandro Montessori, fue un hombre de carácter conservador y de hábitos militares que difería de los deseos y actos de su hija. Renilde Stoppani, su madre, era ocho años más joven que su padre y fue una mujer muy educada que gustaba de leer libros. Fue ella quien apoyó todos sus sueños y ambiciones.

María asistió a la escuela local, la cual se caracterizaba por ser sucia, oscura y con demasiados niños, sin embargo, la joven aprendió de manera fácil y excepcional. Destacó en los juegos con sus amigos, donde a menudo se desempeñó como la líder.

Se graduó en la escuela técnica en 1886 y después estudió Lenguas Modernas y Ciencias Naturales en el Instituto Leonardo Da Vinci. Tuvo la oportunidad de asistir a la Universidad de Roma y estudiar Medicina, a pesar de que en esa época, no se concebía que una mujer pudiera estudiar y mucho menos llegar a ser médico.

Así, en 1896 María presentó su tesis a un grupo de 10 hombres, los cuales quedaron muy impresionados con su trabajo y le concedieron el grado de doctora, convirtiéndose en la primera mujer en obtener un título en medicina en Italia y con calificaciones sobresalientes, de acuerdo con información del sitio webster.edu.

En 1897 trabajó en la Universidad de Roma como ayudante del Departamento de Psiquiatría. Fue en esta época cuando se interesó de manera especial en la educación de los niños que tenían algún tipo de deficiencia mental.

Con 70 niños de familias trabajadoras, inició la "Casa de los niños", en San Lorenzo, Roma. Allí, aplicó métodos experimentales y logró que éstos niños aprendieran de manera fácil y rápida a leer y escribir, además de prepararlos para presentar exámenes y aprobar como cualquier niño normal.

Su método consistía en reforzar la autoestima de los niños a través de juegos y manualidades, y una vez que tenían confianza de poder avanzar, María se encargaba de transmitirles conocimientos. Con el tiempo ganó reconocimiento por este hecho y pensó que su método seria más eficaz si lo ponía en práctica con niños sin ningún tipo de dificultad intelectual.

El principio básico sobre el cual se desarrolló su método fue descubrir que los niños necesitaban estímulos y libertad para aprender. El maestro debía dejar que el alumno expresara sus gustos, preferencias y lo primordial, dejar que se equivocara y volviera a intentar lo que había iniciado.

Para María, el rol del maestro dominante debía ser desechado para dar paso a un ambiente en el que el alumno tuviera un papel más activo y dinámico en el proceso de aprendizaje.

Una de sus máximas contribuciones fue que con sus ideas y aportaciones, se dejaron de lado las típicas aulas oscuras, sin ventanas y equipadas únicamente con un pizarrón negro, donde los alumnos estaban alineados en sus bancos.

Se empezó a valorar la importancia de un lugar agradable para aprender, donde los niños pudieran moverse sin problema y contaran con elementos como formas geométricas, palos, lápices y pinturas de colores, aros y objetos llamativos que pudieran manipular, con el fin de estimular su intelecto, el cerebro y la capacidad de comunicación infantil.

Para María, los niños aprendían a través de actividades que implicaban la exploración, la manipulación, el "orden controlado", la repetición, la abstracción y la comunicación.

Para 1913 viajó por primera vez a Estados Unidos y conoció a Alexander Graham Bell y su esposa Mabel, quienes fundaron la Asociación Educativa Montessori en Washington. Pero los frutos de su trabajó no pararon allí, y en 1929 se fundó la Asociación Montessori Internacional, en Ámsterdam, en 1938 el Centro de Entrenamiento Montessori en Holanda y en 1947 un Centro en Londres.

De acuerdo con la biografía que difunde el sitio realeza.foros.ws, durante el régimen de Benito Mussolini, Montessori se atrevió a denunciar públicamente que el fascismo cometía actos de brutalidad con los niños, al querer convertirlos en pequeños soldados. Sus opiniones causaron tanta molestia en el régimen gobernante, que fue exiliada y huyó a Barcelona en 1934, donde vivió un tiempo con su esposo e hijo y tiempo después se estableció en Holanda.

Gracias a su extraordinario trabajo y dedicación para diseminar su método a nivel mundial, fue nominada al Premio Nobel de la Paz en 1949, 1950 y 1951. Así mismo, recibió el nombramiento de Doctora Honoris Causa por la Universidad de Ámsterdam.

Publicó textos relacionados con su método de enseñanza, entre los que destacan "El método Montessori", "Antropología pedagógica", "El método avanzado Montessori", "La mente absorbente", "El niño en la familia", "El secreto de la infancia" y "Paz y educación", entre otros.

María Montessori murió el 6 de mayo de 1952 a la edad de 81 años en Noordwijk, Holanda. Su legado permanece vigente aún en nuestros días y destaca también su labor feminista, ya que logró lo que en su tiempo era impensable para una mujer, sobresaliendo en la escuela y forzando las normas establecidas de su tiempo para lograr sus objetivos. Su hijo Mario fue el encargado de continuar el legado de su madre.

Logró convertirse en una figura admirada y reconocida a nivel mundial, dejando un legado irremplazable en la educación, demostrando que ésta debe provocar felicidad y alentar la creatividad y capacidad natural de los niños.

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