Mexicanos e israelíes, unidos por la amistad

GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2013).- La amistad es un valor universal, pero el nivel de compromiso que se genera en ese vínculo tiene algunos matices dependiendo del lugar, el tiempo y la cultura donde se desarrolle. En ese aspecto coinciden los israelíes y los mexicanos, quienes están muy influenciados por lo que dicen sus amistades y por lo general son muy unidos, según observa el escritor Eshkol Nevo.

"Creo que el tipo de amistad que hay entre mexicanos es muy similar a lo que hay entre israelíes. Es muy diferente en otras partes, como en Estados Unidos, donde puedes tener un amigo muy cercano que se va a otra ciudad a estudiar por tres años y en todo ese tiempo no lo ves. Eso no pasa en Israel y creo que en México tampoco", comparte sobre su más reciente libro traducido al español "La simetría de los deseos", de la editorial Océano.

La obra aborda la historia de cuatro jóvenes que se juntan a ver la Copa del Mundo de Futbol en 1998, y aprovechan para escribir tres deseos sobre su futuro. Para la siguiente edición del torneo se vuelven a reunir para ver si los han cumplido y qué ha sido en general de sus vidas.

"Para mí los amigos son un factor muy fuerte de influencia. Mis amigos eran artistas mucho antes que yo supiera que sería escritor. Uno de ellos estudió cine, otro es actor y otro era músico. En mi familia no había artistas, pero cuando ellos lo hicieron, pensé que yo también podía".

La trama cuestiona en qué medida la amistad afecta los deseos de las personas y en qué medida los deseos afectan la amistad. "Los amigos pueden ser una inspiración pero también pueden ser un problema", dice el israelí en una entrevista entre inglés y español. Se dice adicto a nuestro idioma, que aún sigue aprendiendo, y a muchos aspectos de la cultura latinoamericana.

Es la primera vez que visita México, aunque ha viajado anteriormente a otros países del continente. "Creo que el libro no es universal pero es muy curioso las similitudes que tiene con la cultura latinoamericana". Él mismo es un ejemplo de la amabilidad que usualmente asociamos con la sangre latina: atento y cálido. "La historia no es acerca de Israel, sino de la naturaleza humana, porque también ha tenido mucho éxito en Italia y en Alemania".

Eshkol es fanático del Barcelona. En "La simetría de los deseos", los personajes también son futboleros, aunque ése no es el tema central de la novela: "el futbol es una excusa. La novela no se trata sobre la Copa del Mundo, sino de las relaciones personales".

Sobre la mala temporada de la Selección Mexicana, el escritor observa que al menos clasificamos al mundial. En cambio, "la Selección Israelí es patética, totalmente. Entonces no creemos en la oportunidad. Usualmente los aficionados al futbol le van a dos equipos: uno en Israel, que seguramente es patético, y otro fuera de Israel", dice entre risas.

"La simetría de los deseos" se aleja de sus novelas más políticas. "No creo en generalizaciones. Escribo cada libro como un diferente tipo de libro. A veces algunos de ellos son muy políticos y plantean muchas preguntas".

Abunda diciendo que siente libre moviéndose entre una temática y otra. "No significa que no estoy involucrado en la política. Escribo artículos y mi voz es escuchada, pero no siento que sea obligatorio para un escritor israelí, aunque sea viejo o joven, que escriba sobre cosas políticas. Para mí la literatura es como el patio del recreo: libre, sin obligaciones".

EL INFORMADOR/ BRENDA RAMOS