Viernes, 22 de Noviembre 2024
Cultura | Antes la literatura iba hacia donde el escritor la llevaba, Emmanuel Carballo

Me gusta olor de la piel femenina y la tinta sobre el papel: Emmanuel Carballo

El poeta recibió la Medalla de Bellas Artes, por su valiosa aportación a la literatura mexicana

Por: NTX

CIUDAD DE MÉXICO.- El escritor y conferencista internacional Emmanuel Carballo, quien celebra este día su cumpleaños 80, entre familiares cercanos y amigos íntimos, asegura que "el mejor olor después del de la piel femenina es el de la tinta sobre el papel", ello, en alusión a su vitalidad y vida en las letras.

El autor de exquisita poesía ("Amor se llama"), cuentos subyugantes ("Gran estorbo la esperanza") y maduros ensayos ("La narrativa mexicana de 1910 a 1969"), por citar sólo unos ejemplos, dijo "todavía sueño con el Fondo de Cultura Económica ( FCE) como la gran casa editorial de Hispanoamérica".

En entrevista luego recibir la víspera la Medalla de Bellas Artes "por su valiosa aportación a la literatura mexicana", de manos de Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el también historiador habló de su paso y logros por el FCE.

Comentó que durante su paso por esa dependencia creó un programa para televisión, el cual ganó durante cuatro años consecutivos el premio a la mejor emisión de su género, "aunque realmente el mérito no fue tan grande como se podría pensar, pues en esa época mi programa era el único de ese tipo".

Aseguró que recuerda al FCE como en sus mejores años, en los 50 y 60, y que ahora retoma el vuelo para ubicarse en el sitio que le corresponde. "La industria editorial en general, va por buen camino en México y prueba de ello es el Fondo; lo que está muy mal es el periodismo", aseguró el viejo editor.

Fue en 1953 cuando Emmanuel Carballo vino a esta ciudad, procedente de su natal Guadalajara, para ingresar al mundo de la literatura y el periodismo. "Yo formé parte de la `mafia' literaria de la época. Yo llevé al Novedades a Carlos Monsiváis y a José Emilio Pacheco y los presenté con Fernando Benítez", evocó.

El entrevistado sostuvo que la de él fue una generación privilegiada, por su claridad de pensamiento, creatividad literaria y capacidad de lectura. "México en la Cultura", dijo, "era el mejor suplemento cultural de Latinoamérica y ahí escribieron las plumas más destacadas de esos años perfectos en México". Sigue... Me gusta/dos/México".

Reconoció que en ese tiempo no existían los apoyos institucionales que se dan en la actualidad. "Nunca como hoy tantos artistas habían sido tan abrigados; Fuentes, Monsiváis, Pacheco y otros se han podido dar el lujo de tener tiempo para escribir, de llevar una `doble vida', como dice Gabriel García Márquez".

Las nuevas generaciones, más acá de Fuentes, Monsiváis, Pacheco, no han logrado crear obras con la trascendencia y alta calidad con que lo hicieron escritores como Octavio Paz y Juan Rulfo, "porque antes la literatura iba hacia donde nosotros la llevábamos", sentenció.

Advirtió que en los grandes momentos de crisis, como el presente, piensa en el año en que apareció "La suave patria" (1921). "A pesar de tanto problema y de ser un año terrible para el país, vinieron Los Contemporáneos, una generación de escritores jóvenes, punto de partida de un esplendoroso periodo literario".

Emmanuel Carballo nació un día como hoy, pero de 1929, en Guadalajara, Jalisco, en 1929.

Tiene publicado un libro de memorias, "Ya nada es igual (1929-1953)", que da cuenta de su vida, desde el día de su nacimiento hasta que llegó a la capital del país. Ahora, tiene el deseo de escribir la parte adicional, de 1953 a 2008".

En "Ya nada es igual (1929-1953)" se puede conocer su niñez y juventud en Guadalajara, las antiguas calles de las que ya nada queda, la sugerente voz de Lupita Palomera en el radio, los legendarios jugadores de futbol, los años de estudio en el colegio de jesuitas y su profesor de primaria, Antonio Alatorre.

En estas páginas, Emmanuel Carballo revive debates de literatura, el placer del descubrimiento de autores olvidados, los hallazgos bibliográficos, las vidas relegadas de autores dignos de la relectura y todo un periodo luminoso de la literatura mexicana. "Eran tiempos luminosos... hoy también son bellos", indicó.

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