GUADALAJARA, JALISCO (14/DIC/2016).- La tradición de los nacimientos comenzó en 1223, cuando San Francisco de Asís montó el primero la Nochevieja de aquel año. Fue en una cueva italiana donde realizó la representación simbólica del nacimiento de Jesús, para celebrar una misa nocturna y homenajear el advenimiento del niño.Con el paso de los años, la tradición se arraigó y expandió por toda Europa, para luego pasar al resto del mundo en los países que profesan la fe católica. En México, los nacimientos han representado una oportunidad para la expresión de los artesanos, con una variedad de recursos que dan cuenta de las diferentes formas en las que se adapta esta costumbre decembrina.La parte central del nacimiento consta del pesebre, donde reposa la Sagrada Familia (Jesús, María y José). Rodeados de animales, el exterior del pesebre recrea un retrato de la vida rural, en donde pastores conducen a sus ovejas rumbo al pesebre para honrar al recién nacido. El paisaje se completa con el típico arroyo, recreado con el llamado “pelo de ángel”; sus inmediaciones las recorren los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes ofrendan oro, incienso y mirra. El lado obscuro del nacimiento incluye al diablo mismo, quien en ocasiones se posa cerca del pozo o del ermitaño.Un tradicional tianguis navideño en Guadalajara es el que se colocaba en el Jardín de la Reforma. Por las obras de la Línea 3 del Tren Eléctrico, desde hace un par de años se trasladó a otras latitudes. Ahora, donde podemos encontrar nacimientos y demás parafernalia navideña es en el Parque del Refugio (Federalismo y Herrera y Cairo). Allí es posible adquirir las piezas para recrear en nuestro hogar el pesebre de Belén que recibió a Dios en la tierra. El presupuesto necesario para ello varía según las magnitudes y materiales que queramos. Si el espacio es poco, la inversión puede ceñirse a comprar un mini-nacimiento, con precios desde los 100 pesos. Los pesebres más pequeños en ocasiones se limitan a representar a la Sagrada Familia, aunque los hay que incluyen el censo completo. Una variante de los nacimientos de reducidas proporciones es que pueden ser de una sola pieza: los hay desde los veinte centímetros cuadrados con el paisaje completo.Si el espacio que tenemos es mayor para montar nuestro nacimiento, en el tianguis hallaremos piezas que superan los 20 centímetros. El precio se eleva exponencialmente, pero un presupuesto de 500 pesos puede incluir los personajes principales, secundarios y los accesorios. En tiendas departamentales se comercializan sets menos artesanales, a precios un poco más elevados (hasta los dos mil pesos, según los materiales).ExposicionesCony Echeverría Gómez y Enrique García Ruiz llevan 32 años coleccionando nacimientos. Hasta ahora suman 146 piezas, de las cuales se exhiben 96 en el Museo de las Artes Populares de Jalisco (San Felipe 211, centro de Guadalajara). Los materiales presentes son coloridas plumas, barro, textiles, fibras naturales, cera, metales y pintura, predominantemente.Otro espacio para apreciar los nacimientos como piezas de artesanía es el Centro Cultural El Refugio (Donato Guerra, 160, centro de Tlaquepaque). Allí el municipio celebra el segundo Festival de Nacimiento, dentro del cual se programó una exposición de nacimientos. El Museo Pantaleón Panduro dentro del mismo centro cultural expone 42 nacimientos, parte del acervo del Premio Nacional de Cerámica cuya cede es El Refugio. Las piezas son nacionales, e igualmente dan cuenta de la diversidad de materiales, recursos y estilos en las artes populares de México según la región.
