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Cultura | José Manuel Ciria expone en el Museo Raúl Anguiano Miradas espectaculares

“Los artistas somos caníbales”: Ciria

Considerado uno de los creadores españoles más relevantes de la actualidad, José Manuel Ciria expone en el Museo Raúl Anguiano Miradas espectaculares

Por: EL INFORMADOR

Jospe Manuel Ciria ayer en el Museo Raúl Anguiano, durante el montaje de su exposición.  /

Jospe Manuel Ciria ayer en el Museo Raúl Anguiano, durante el montaje de su exposición. /

GUADALAJARA, JALISCO (27/MAR/2012).- Soy un tipo tímido, dice José Manuel Ciria, uno de los pintores españoles en activo más destacados. Pero ya se acostumbró a los flashes de las cámaras, a las entrevistas, al ritual de las inauguraciones en museos de ciudades como Madrid, Berlín o Nueva York, incluso un cineasta lo sigue a todos lados.

Desde hace más de un año, el realizador Artur Balder (España, 1974) trabaja un documental sobre su vida y obra, proyecto que se estrenará en mayo de 2013, en el Museo de Arte Moderno (Moma, por sus siglas en inglés) de Nueva York, ciudad donde el pintor radica desde 2005.

Desde el domingo, Ciria está en Guadalajara para la apertura de su exposición Miradas espectaculares,  este viernes a las 21:00 horas, en el Museo de Arte Raúl Anguiano (Mura), ubicado en avenida Mariano Otero 375.

La muestra, que presenta la famosa serie “Cabezas de Rorschach”, está integrada por 18 piezas en gran formato y 20 dibujos. La directora de museos, bibliotecas y centros culturales de la Secretaría de Cultura de Guadalajara, Sandra Carvajal, explica que el Ayuntamiento tapatío invirtió en esta exposición poco más de 280 mil pesos.

“Al utilizar Rorschach en el título estoy hablando de algo proyectivo. ¿A ti te asusten mis cuadro?, ¿a ti te asustan las composiciones? Porque los que tienen miedo son ellos, los que están dentro del cuadro. Todos, hoy estamos asustados por la situación social, histórica y política que se está viviendo en el mundo”, expresa el pintor, quien está el Mura como cualquier otro creador, pero no lo es.

En entrevista comenta que la serie “Cabezas de Rorschach” es un juego entre la crueldad presentada en los rostros de sus cuadros y los títulos de las piezas que quitan “la carga trágica”.

—¿Cómo ha evolucionado el estatus de la figura humana en la historia del arte?

— La historia del arte ha sido principalmente representacional con lo cual no hay evolución. Hay momentos estelares como la Odalisca, de Manet, que la prostituta mire al espectador genera un antes y un después. No hay una evolución lineal, sino que cada ismo genera una forma de acercarse a algo representativo, a la figura.

En estos últimos años, me interesa lo que pasa con los orientales, con la pintura que se hace en China o en Japón o con el manga japonés, que empieza a barrer el resto del Planeta porque sus cómics y sus dibujos animados tienen características intrincas, personales, y lo rico no es cómo ellos interpretan el arte occidental o cómo hacen arte occidental, lo genial es como algunos occidentales se ponen hacer magna. Es un juego, y la mayoría de las veces se está jugando con la representación del cuerpo. El camino es múltiple. Hay mil formas.

Comentaba con una crítica de arte en España que hoy en día cada aventura artística es una forma personal y privada, no pertenece al ámbito público porque no hay ningún ismo. Por ejemplo, imagínate que metes todo dentro de un coche, toda la pintura, todo el arte que se ha generado en el siglo XX. Y a ese coche le coges, lo pones a 200 kilómetros por hora, lo improntas contra una pared, ese aplastamiento de todo lo que ha pasado en el siglo XX es lo que se está viendo hoy.

No hay ningún tipo de invención. Estamos en un momento de pensamiento blando, utilizamos el siglo XX como fuente, pero no coges una sola fuente, sino que te inspiras en multitud de cosas. Los artistas somos caníbales, lo que practicamos es canibalismo, nos comemos unos a otros, cuando ves algo que te interesa lo que haces es llevarlo a tu propia caligrafía, a tu propia forma de sentir o de entender.

—¿Cuál es el valor actual de la figura humana?

Sí tiene valor. Las lecturas últimas que se hacen del yo son absolutamente desconceptualizadas. No existimos como entes individuales, dependemos de los políticos, de las situaciones económicas, el yo no tiene ningún valor hoy. Vivimos todos acomplejados o indignados.

—¿El artista es auténtico aunque practique el canibalismo?

—Sí. La autenticidad está en tu propia honestidad, en el mensaje que tú quieras transmitir, a nivel con conceptual en que quieres aportar, a nivel formal en como se puede resolver, no tiene nada que ver que canibalices o que chupes de un sitio o de otro. Hay muchas composiciones donde lo que estoy haciendo es robando ojos de fotos de internet o fotos mías o me gusta el contorno de tu cara y lo utilizo para cambiar la expresión que hay dentro. Es otra forma de usurpar o de apropiarme. ¿Eso me hace menos auténtico?  

—¿Cómo interpreta la tensión entre el mercado del arte y la libertad artística?, ¿hay presión?

Evidentemente hay una presión. Hay unos pequeños grupos de artistas, que bien por su situación familiar o económica, pueden permitirse el lujo de dedicarse al arte o aquellas personas que están tocadas por el dedo divido, que están en el lugar preciso, en el momento preciso, y de repente arrancan con unas galerías fantásticas que les promocionan, pero regularmente las cosas no son así.

A partir del desanimo de la Segunda Guerra Mundial se ve que la intención de las vanguardias es banal. Las vanguardias pretendían cambiar a la sociedad, pero la sociedad no se puede cambiar desde el arte, entonces hay una especie de desamino. A partir de ese momento y hasta el año 1989 se produce una escalada donde interviene un nuevo factor, que es el dinero.

Hoy, el mercado marca sus pautas. El problema es que los grandes gurús o galeristas van dictando el criterio o los gustos, entonces la gente casi como borregos van comprando o adquiriendo sus coleccionas con las pautas que les dicen, sin tener una formación personal, sin tener una valoración objetiva, sino que la valoración está impuesta desde los demás y en lugar de comprar con los ojos, la gente suele comprar con las orejas. Eso es un terrible problema.

—¿Se necesita el silencio para pintar?

—No. Ni siquiera concentración. Por ejemplo, cuando pinto, y creo que la mayoría de los artistas lo hacen, no es que entres en trance, es simplemente que estás en una especie de limbo. Cuando comunicas con lo que estás haciendo, el cuadro o la pintura, ese cuadro te empieza a demandar, puedes tener una idea establecida de lo que quieres representar, pero una vez que estás encima del lienzo es el lienzo el que empieza decirte si aquello funciona o cómo tienes que moverte para que funcione, eso no es trance, es estar en una especie limbo, estar en un vacío porque el cuadro es el que manda.

—Se dice que el arte contemporáneo está en  todos lados, ¿comulga con esa idea?

—Está en todos lados.

—¿Cómo señalar que una pieza es arte contemporáneo?

El arte es arte. Lo que pasa que los limites de lo que entendemos por arte cada vez se van ampliando. Sinceramente, creo que hay publicistas que hacen arte, así como hay grafiteros que son artistas. A la persona aficionada del arte o al coleccionista incipiente, yo le digo que antes de ponerse a comprar o de ponerse a mirar, procure leer o visitar.

Del medio artístico, mucha gente piensa que es algo alejado de la sociedad, no es así, habría que trazar puentes para que el arte fuese legible o entendible, pero el arte lo es. Por ejemplo, a mí no me gusta nada el futbol, no soy ni del Barça ni del Madrid, es más, a mis amigos les digo que soy del contrario para pincharles. Tengo la sensación de que me estoy perdiendo de algo, pero a mí no me interesa. Creo que hay mucha gente que no tiene criterio o gusto estético, no le interesa el arte, entonces no se trabaja para esa gente.

—¿Cuál fue su revelación estética más importante?

—Para mí todo se centra en el cuaderno de notas de 1990. De repente, me doto y consigo generar un mecanismo que me dicta los cuadros, con lo cual desarrollo una plataforma teórica que se llama abstracción deconstructiva automática, donde utilizo parámetros que ningún otro artista está empleando. No hablo de la calidad de la obra, lo que digo es que a nivel conceptual mi obra es mucho más poderosa que la de los pintores que conozco.

—¿Entonces no podría dividir abstracto y figurativo?     

— Siempre me han gustado dos posturas antitéticas. En la abstracción, a través de Kandinsky, aparecen los geométricos y los gestuales.  Los gestuales se desarrollarán en la escuela de Nueva York, pero ya existían desde el surrealismo muchos elementos expresionistas, es decir que se generan dos vías o dos posturas que no se reconcilian. Como me gusta la geometría y lo gestual, me ha gustado generar tensiones y que esos dos elementos o pautas de comportamiento estuviesen presentes en mis pinturas, que estaba desarrollando antes de irme a Nueva York como en la serie Memoria exacta.

Volviendo a la pregunta, sí me interesa ese choque entre esas dos posturas, me interesa por supuesto el choque entre lo figurativo y lo abstracto, no veo ninguna diferencia. Una cosa es que exista una convención de que puedes representar algo como y otra cosa es que la lectura sea subjetiva y no hay nada representado. Entonces, ¿el juego dónde está? y ¿por qué uno tiene que estar encasillado?

FRASE

"
Creo que hay mucha gente que no tiene criterio o gusto estético, no le interesa el arte, entonces no se trabaja para esa gente "

José Manuel Ciria,

 artista plástico

PERFIL
Expresionista abstracto


José Manuel Ciria nació en Manchester, en 1960, pero su origen es español. Es uno de los pintores más destacados de España, el diario El País lo sitúa a la altura de Miquel Barceló,  y la crítica lo considera uno de los más sobresalientes de la escena internacional.  

Su obra puede definirse como expresionista abstracta. No estudió Bellas Artes porque prefirió no contaminarse por las reglas establecidas, pero es un hambriento lector y estudioso del arte. Ciria se considera un investigador y lo es, incluso el registro de sus procesos está en un cuaderno de apuntes que lleva desde 1990.

A partir de 2005 radica en Nueva York.  Su obra se ha presentado en infinidad de espacio. En los últimos tres años, su trabajo  se ha expuesto en el Instituto Valenciano de Arte Moderno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Kursaal Sala Kubo de San Sebastián, el Instituto Cervantes de Chicago y en el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago, de Chile. Su  obra forma parte de las colecciones de varios de los museos importantes del mundo.

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