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Cultura | Carlos Lara G. Los anteojos de Baskerville Escenografía bicentenaria Por: EL INFORMADOR 18 de septiembre de 2009 - 01:09 hs Tal parece que la accidentada Comisión Organizadora de la Conmemoración del Bicentenario del Inicio del Movimiento de Independencia Nacional y del Centenario del Inicio de la Revolución Mexicana ya no quiere conmemorar, sino festejar el momento. Muchos son los proyectos, más las comisiones estatales, pero pocos los resultados. Lo anterior en parte porque la organización de tan esperado evento ha peregrinado de una institución a otra, de un encargado a otro. Primero se puso en manos del líder moral del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Cuauhtémoc Cárdenas. En pocos meses, el presidente de la República decidió hacerse cargo, un poco con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Posteriormente pasó a manos de Rafael Tovar y de Teresa, que luego de un año y un mes en el cargo, la Presidencia informó de su renuncia. Así llegó al Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, dependiente de la Secretaría de Gobernación. Hace 100 años, Porfirio Díaz encomendó esta tarea a la Secretaría de Educación Pública (encargada natural del proyecto), aunque hoy podría ser incluso mejor que esté en Gobernación, debido a los recortes que se viven en la SEP: el del presupuestal hecho por la Secretaría de Hacienda y el de la Colonia y la Conquista hechos por la propia SEP en los libros de texto. Y es desde la Secretaría de Gobernación que el Gobierno Federal ha contactado a la empresa Autonomy de Los Ángeles, California, para que se encarguen, entre otras cosas, de la contratación de los productores creativos de la conmemoración. Lo anterior con el apoyo de los organizadores del Teletón, que algo saben de esto. Según Phil Green, fundador de la empresa, fueron contratados para hacer recomendaciones sobre la producción de la fiesta del Bicentenario, así como para imprimir un toque binacional. La pregunta es ¿para qué tantas comisiones bicentenarias en los estados, tanto historiador, tanto especialista y tanto promotor si al final será un paquete artístico de alrededor de 60 millones de dólares (lo que tiene la Comisión para el evento)? Un monto nada elevado para los organizadores, que lo comparan a los 150 que costó la toma de posesión del presidente Barack Obama. Pero, ¿será éste el referente adecuado? En fin, a estas alturas sólo hay que esperar que sea un festejo grandioso y no sólo grandote. La Presidencia de la República ha pedido a los organizadores una celebración que represente y refleje el significado de México, sus tradiciones y su gente, dentro y fuera del país. Pues ya tienen trabajo, tan sólo en el territorio nacional existen diversas visiones sobre lo que es México. Lo que no deja de ser discutible es el hecho de que se esté pensando más en el montaje de un espectáculo que en la realización de un trabajo más profundo; en un festejo más que en una conmemoración, en donde la tarea sea encomienda a escenógrafos del show bussines y no tanto a los antropólogos e historiadores. Aunque en el fondo, lo anterior tiene sentido, si consideramos que desde hace años son las agencias publicitarias y el marketing las herramientas que vienen dando sentido y contenido a la política del país, al ideario mismo de las universidades y a la promoción de la cultura. ¿Por qué habría de ser distinto en el caso de la historia? Temas Los anteojos de Baskerville Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones